Capítulo 3. Recuerdos de una terrible infancia

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--Hace 10 años en Tokio, Japón--

Es el día de San Valentín y las niñas han decidido entregarles regalos a los niños que más aprecian.

Observo a mis compañeros recibiendo dulces y chocolates. Sé que a mí nadie me dará nada; no tengo amigos, así que me preparo para otra tarde normal, sin regalos ni sorpresas.

De pronto, una niña se acerca a mí. Me sorprendo al ver que es Kaori, una de mis compañeras.

—¡Toma! ¡Ten tu regalo de San Valentín! —me dice con una sonrisa amplia.

—¿En serio? ¿Es para mí? —pregunto, intentando no mostrar demasiada emoción.

—¡Claro! ¿Qué esperas? ¡Ábrelo!

Con una mezcla de nervios y alegría, abro el paquete. Pero en lugar de algo bonito, lo que encuentro es... algo ofensivo. Algo que en nuestra cultura es una burla.

Ella empieza a reírse.

—Jajaja.

—¿Qué es esto? ¿Qué significa esto? —pregunto, confundido y herido, sintiendo cómo la tristeza se va convirtiendo en vergüenza.

—Jajaja, pero mira tu cara de tonto.

Todos los demás en el salón empiezan a burlarse.

—¿En verdad creíste que recibirías un buen regalo de San Valentín? —Kaori me mira con desprecio, y la tristeza se dibuja en mi rostro—. Nadie te quiere aquí. Eres un rarito y un sucio nerd —me escupe sus palabras.

No puedo evitar que las lágrimas empiecen a asomar, y al ver esto, algunos compañeros se ríen aún más fuerte.

—Aww, el rarito va a llorar... —dice Kaori burlándose.

—Aparte de raro, es un llorón —agrega Makoto, un compañero que se ríe sin parar.

—Jajaja, quiere llorar... —dice Kaori.

—Quiere llorar... —le sigue Makoto.

Todos empiezan a repetir la frase, como si fuera un juego cruel: "¡Quiere llorar, quiere llorar!"

La burla me abruma, y sin soportarlo más, salgo corriendo del salón. Las risas me siguen mientras me alejo, como si quisieran alcanzarme.

Llego al gimnasio de la escuela y me siento en un rincón, tratando de calmarme, pero las lágrimas siguen cayendo.

—¿Por qué son tan malos conmigo? Yo no les hice nada. Desearía que, además de mi mamá, hubiera alguien que me quisiera mucho.

Al final de las clases, regreso a casa con la cabeza baja. Apenas puedo sonreírle a mi mamá cuando me recibe en la entrada.

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⏰ Última actualización: 17 hours ago ⏰

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