Capítulo 1

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Los rayos de sol que entraban por la ventana lograron que por fin se despertara. Se encontraba acostada sobre su abdomen, la sábana le cubría hasta la cadera, aunque uno de sus muslos se encontraba también afuera. Estaba completamente desnuda, producto de la intensa noche que había pasado con el hombre que hacía tres meses robaba sus suspiros.

Una mano traviesa se deslizó por su espalda de arriba hacia abajo, perdiéndose bajo el trozo de tela que la cubría. Acarició sus glúteos al tiempo que comenzaba a dejar besos, recorriendo el camino que había realizado su mano anteriormente.

Gema sonrió y lo miró con un ojo abierto.

Buenos días a tí también

Buenos días princesa, ¿cómo dormiste? - dejó un beso en su mejilla

Mmm... muy bien... tuve sueños eróticos

Ah, sí? Y puedo saber qué soñaste?

Soñé que esperaba a mi hombre con un lindo conjunto de lencería, que mi idea era cenar y luego darle un merecido masaje luego de una larga y cansadora jornada laboral, y quizás, después, hacer el amor... Pero en cuanto llegó, se salteó todos los pasos, y me llevó directo a la cama... y qué crees?

¿Qué? - dijo divertido

Qué parece que su trabajo no lo cansa tanto como creí, porque me mantuvo gran parte de la noche despierta

Nicholas rió con esa risa que a ella tanto le encantaba, y la besó apasionadamente.

Debes tener hambre, lamento que no cenaras, preciosa.

No hay problema, lo pasé muy bien anoche

Yo también. Siempre la paso bien contigo

Quieres saber qué fue lo mejor del sueño?

¿Hay algo mejor que lo que me dijiste?

Ajá

¿Qué es lo mejor?

Que amo a ese hombre. Estoy perdidamente enamorada de él

Gema se quedó en silencio, esperando su respuesta. Nick la miraba intensamente, pudo ver en sus ojos la lucha que se mantenía en su interior, y de pronto se formó una hermosa sonrisa en su varonil rostro.

¿Quieres que te cuente algo que no sabes de tu hombre en el sueño?

Cuéntame - dijo dudosa

También te ama con locura

Sí?

Calor que sí. Y ahora, este hombre enamorado te va a alimentar. Date una ducha mientras preparo el desayuno, ¿quieres? Luego te dejo en el trabajo.

Se habían conocido hacía tres meses, cuando una ráfaga de viento voló los diseños que tenía que entregar esa mañana, una mañana en la que todo le había salido bastante mal. Para empezar, por alguna razón, su despertador no había sonado, por lo que tuvo que bañarse rápido, y como el agua tardaba mucho en calentar, había tenido que hacerlo con agua fría, luego, cuando llegó al living se encontró con que se había metido el gato del vecino y había manchado los diseños, afortunadamente los tenía en la computadora, por lo que pudo volver a imprimirlos, pero eso la retrasó aún más, su coche no quiso arrancar, ni siquiera se paró a pensar en el por qué, así que corrió a la calle y paró un taxi, que quedó encerrado en el tránsito debido a una manifestación, como estaba a pocas calles, pagó, bajó y empezó a correr. La gota que había hecho rebalsar el vaso fue aquella ráfaga de viento, no eran ni las 9 de la mañana y ella ya estaba agotada, comenzó a llorar mientras corría detrás de los papeles. Logró atrapar uno, y aún le faltaban tres más, cuando estaba llegando al segundo, una mano se adelantó. Levantó la vista, y se encontró con los ojos más hermosos que jamás había visto, eran de un negro profundo que le inspiraban calidez.

Gra-gracias - sonrió - Aún me faltan dos

El hombre le mostró los papeles que tenía en la otra mano y se los tendió con una sonrisa

¿Estos dos? - su voz era gruesa y ronca, y había hecho vibrar su cuerpo hasta instalarse entre sus muslos.

Cuando le había sucedido algo así? La respuesta era jamás. Jamás había sentido deseo sólo por oír a un hombre. Jamás había sentido deseo, realmente lo había intentado, pero ningún hombre había logrado lo que tenía enfrente logró solo con dos palabras. Sus amigas la habían llamado rara, uno de sus mejores amigos, Arthur, definitivamente creía que tenía problemas. Estaría muy orgulloso de ella cuando le contara lo que sintió luego de su encuentro con aquel sexy hombre.

Muchas gracias! - logró articular - acaba de salvar mi día.

Bueno, entonces creo que merezco una compensación, ¿no? - ella lo miró sorprendida

Va a pedirme dinero?! - él sonrió

No estaba pensando en dinero... - ella lo miró con desconfianza.

Que quiere?...Sexo? Lo lamento... mejor vuelva a tirar los papeles y yo los recogeré sin ayuda - Soltó una carcajada que a ella la hizo sonreír sonrojada

Tampoco estaba pensando en sexo... Aunque... si usted quiere, no voy a negarme

¡No! Claro que no quiero!

Está segura?

Mu-muy Se-gura, señor - ¿Qué era esa presión en su vientre?

De acuerdo, acepte cenar conmigo esta noche, entonces

¿Cenar?

Es eso, o sexo... usted elije

Cena! definitivamente cena! - suspiró

De acuerdo, - una sonrisa como el gato de Alicia se dibujó en su atractivo rostro - mi nombre es Nicholas O'Connor, por cierto. - le tendió la mano.

Soy Gema Davies - ella la aceptó.

Gema sonrió ante el recuerdo, Nick la miró de reojo y puso una mano en su rodilla.

¿Qué es tan gracioso?

Nada, sólo recordaba cómo nos conocimos... - Nick la deslumbró con su sonrisa.

Todo un caballero, eh?!

Nick, por poco y me ofreces sexo por mis papeles!

¡Claro que no! Tu creíste eso... y vaya uno a saber por qué! Quizás era lo que querías - le guiñó un ojo.

Eres incorregible! - rió ella a su vez.

Hablando en serio, estuve a punto de seguir de largo, pero oí tu llanto. Y gracias al cielo que lo oí. O no habría conocido a la mujer más hermosa y perfecta que existe.

Gema sólo sonrió, se dedicó a mirar por la ventana el resto del camino. Los autos se movían como en una nebulosa. ¿Qué iba a pasar ahora que se habían confesado su amor? ¿Qué esperaba ella qué pasara? ¿Quería una relación formal? Quería seguir teniendo sólo sexo? Sólo sexo? Cuándo fue sólo sexo? Nunca. Nick siempre la había tratado como a alguien especial. Pero tampoco tenían una relación normal... Normal, sí, pero sin título. Ella definitivamente quería un título.

¿Estás bien? Estás como ida...

Gema lo miró un momento y se percató de que el auto estaba estacionado frente a su negocio de diseño y decoración de interiores.

Nick...

Qué pasa, linda?

Tu... Nosotros... - sus manos no permanecían quietas en su regazo. Nick entendió que estaba nerviosa.

Yo...Nosotros, ¿qué?

Es que... no sé como quedamos después de lo de esta mañana...

Cenemos esta noche y lo aclaramos, ¿quieres?

Se acercó a besarla y Gem lo recibió con gusto. Esa era una señal positiva, ¿no? Esa noche lo sabría. Bajó del auto con una sonrisa y comenzó su jornada laboral.

La novia de mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora