prólogo

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Aveces solo necesitas huir...huir de todo lo que conoces, tomarte un respiro de todos tus problemas y estar sola para recomponerte. Eso era lo que pensaba en cuanto agarré una maleta y me subí al primer tren que agarré y no me bajé hasta llegar a la estación más lejana. Pensaba en tomarme un respiro, alejarme de todo y todos, poder volver a encontrarme a mi misma. Porque cuando estás perdida y no sabes quién eres no puedes avanzar, pero entonces me lo encontré a él, y todos mis planes se fueron al carajo porque me dejó hechizada en su mirada, atrapada en su aliento frío. Pero el frío no está hecho para chicas cálidas y yo era un corazón cálido en la nieve, que en cualquier tormenta o sacudida podía ser derribado.

Corazón cálido en la nieve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora