En las enigmáticas calles empedradas de Quito, vio la luz Cordelia Jaramillo. A sus 18 años, carga consigo las marcas evidentes e invisibles de una existencia modelada por los matices de las sombras y las luces de su desastrosa familia. Aunque su origen en una familia acomodada podría sugerir una vida relativamente plácida, Cordelia sostiene una percepción diferente. Sus padres, Carlos Jaramillo, nacido en Ecuador, y Evelyn White, originaria de Estados Unidos, han contribuido a tejer una narrativa de melancolía en la vida de Cordelia, quien siendo hija única, no experimentó el afecto que podría presuponerse.
A pesar de la riqueza material, Cordelia ha crecido sin la expresión de un "te amo" o un "te quiero" sincero. A los seis meses de edad, su madre, aún en proceso de titularse como abogada, la dejó al cuidado de su padre, Carlos, ya que su dedicación a la carrera profesional prevaleció sobre las responsabilidades parentales. A lo largo de los primeros diez años de Cordelia, su madre regresó, deseosa de recuperar el tiempo perdido. Sin embargo, este período no estuvo exento de conflictos entre Evelyn y Carlos, dejando a Cordelia atrapada en una red de disputas y desencuentros.
Las discusiones acaloradas revelaron la tensión acumulada, con Carlos acusando a Evelyn de abandono y desdén, mientras que ella argumentaba que sus ausencias eran por necesidad laboral. Para Cordelia, apenas una niña de diez años, estas confrontaciones se tradujeron en lágrimas nocturnas, incapaz de comprender completamente el conflicto subyacente entre sus progenitores.
Después de presenciar una acalorada disputa entre sus padres, Cordelia, a sus trece años, se retiró a su habitación esa noche, como siempre, afrontando la soledad que se instalaba en sus noches. Sin consuelo ni las palabras reconfortantes de un buen sueño, Cordelia acostumbraba dormir con la luz encendida, temerosa de la oscuridad nocturna que, apenas días atrás, la había sumergido en un espeluznante sueño: una visión perturbadora en la que una figura femenina, similar a su madre, la estrangulaba con sus propias manos.
No obstante, aquella noche, impulsada por la irritación que le provocaron los comentarios despectivos de sus compañeros en el colegio, Cordelia decidió enfrentar sus miedos. Con determinación, apagó la luz y dejó la puerta entreabierta, un gesto que revelaba aún su reticencia hacia la penumbra. Pronto se recostó, logrando sumirse en el sueño.
En la oscura quietud de la noche, el viento susurraba entre las hojas de los árboles, y un misterioso crujido resonaba en las escaleras de madera. Cada paso parecía tejer una narrativa intrigante. El suave rechinar de la madera acompañaba cada pisada, como una melodía inquietante que despertaba con el roce de los pies. Gradualmente, el crujido se acercaba, hasta que la tenue luz reveló una sombra. Alguien avanzaba hacia la habitación de Cordelia, deteniéndose al notar su mínima reacción ante el crujir de la madera. La incertidumbre se apoderó del aire, cargando la escena con un suspense palpitante.
En el silencio de la noche, un susurro sutil, apenas audible, se entrelaza con el suave murmullo de la brisa. La niña, envuelta en su inocencia, siente un leve estremecimiento mientras algo, imperceptible pero palpable, parece tejerse en la oscuridad alrededor de su pequeña figura. El aire, de repente, se vuelve más denso, como si un susurro invisible acariciara su sueño.
En la quietud de la habitación, la niña se remueve inquieta, como si una presencia indeseada la tocara con dedos etéreos. Su respiración se vuelve más agitada, mientras el peso intangible de algo indefinido parece descansar en su garganta. Un escalofrío recorre su pequeño cuerpo mientras la sombra en la penumbra adquiere una forma ominosa. A medida que abre sus ojos, la silueta se revela con mayor claridad, dejando a Cordelia sumida en la confusión y la incredulidad. Aun entre la bruma del sueño, Cordelia, con ojos entrecerrados, distingue la figura que se materializa, una silueta que se asemeja inquietantemente a la de su madre.
La oscuridad nocturna, aliada de la confusión, no permite una visión nítida, pero Cordelia, luchando contra la somnolencia, se esfuerza por discernir la realidad de la enigmática presencia. En su estado de aturdimiento, Cordelia, con ojos apenas entreabiertos, constata con desconcierto la forma de su madre en la penumbra.
La confusión se apodera de ella. Incapaz de creer lo que ve, incluso a través de la pesadez del sueño, Cordelia, con ojos entrecerrados, se enfrenta a la figura que se materializa. La silueta toma forma gradualmente, revelando la inquietante similitud con su madre.
Con el paso de los segundos, la sombra parece materializarse aún más, y Cordelia, confundida y somnolienta, se esfuerza por entender la realidad de lo que acontece en su habitación. Mientras lucha por mantenerse consciente, la silueta adquiere contornos más definidos, sumiendo a Cordelia en una extraña mezcla de incredulidad y temor.De repente, la atmósfera se carga de tensión y, con sorpresa y terror, Cordelia reconoce la figura que la envuelve en la penumbra. Su madre, o al menos una presencia que imita su forma, se cierne sobre ella. La negrura de la noche dificulta la visión, pero Cordelia siente cómo un agarre firme se cierra bruscamente alrededor de su cuello. La confusión se transforma en pánico mientras sus ojos se abren por completo ante la asfixia que se avecina. Con el aliento entrecortado, Cordelia intenta comprender lo inexplicable, pero la realidad se desvanece rápidamente.
Cordelia, desesperada y confundida, cierra los ojos con fuerza mientras la asfixia la envuelve, y en el último suspiro antes de desmayarse, percibe la voz de su padre retumbando en la oscuridad de la casa: "Evelyn, ¿Dónde estás?" Un grito que se mezcla con la sensación de que el apretón en su cuello cesa de manera abrupta. La conciencia se desvanece mientras Cordelia se entrega al oscuro abismo del desmayo.
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El amor en tonos oscuros
Mystery / ThrillerEn el oscuro laberinto del amor, Cordelia, una joven envuelta en una montaña rusa emocional, cruza caminos con Leonardo. Este apasionado joven cae presa de un amor desbordante hacia Cordelia, pero su devoción perturba las definiciones convencionales...