¡Hola!¡Aquí la autora! He vuelto a reescribir esta obra desde el principio, no me gustaba como estaba quedando. El capítulo ha sido ampliado y hay algunas variaciones. No tenía muchos lectores pero aún así aviso que para evitar confusión, la anterior será borrada.
Ahora si disfruten de esta obra corta a destiempo. ¡Gracias por la comprensión y por la oportunidad!
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Era diciembre y ni el frio ni la nieve acumulada en las calles de Nueva York era impedimento para que sus habitantes y turistas saliesen de casa o de las lujosas habitaciones de hotel. Algo normal, teniendo en cuenta que en 5 dias era navidad y la ciudad se preparaba para las fiestas, las compras compulsivas y sobre todo, los reencuentros.
El último motivo suele ser el más nombrado y aún así el más falso.
Las reuniones familiares para muchos eran tediosas y solo cuando perdías a la persona en cuestión parecía que volvieran las ganas de volver a verla. Sin embargo para otros, reencontrarse con sus seres queridos era lo que único que le pedían a cualquiera que les pudiese escuchar.
Desgraciadamente hay deseos que ni siquiera un abuelo vestido de rojo podía cumplir.
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En el centro, en una cafetería un joven fotografo iba pasando fotos de su camara sin mirarla. Su atención se la llevaba una pareja disfrutando de los puestos de navidad y su compañía. Sin embargo no veía a dos jóvenes desconocidos, se veía a si mismo con un chico de piel pálida, rubio y de ojos verdes.
- Perdona.
Una mujer se había tropezado con su chaqueta que debió caerse sin que él se diese cuenta. Tardó 10 segundos en reubicarse y recolocar su abrigo en la silla.
- Ah, lo siento ya la recojo. - Después volvió a mirar por la ventana pero esa distracción fue suficiente para devolverlo a la realidad. La persona que amaba no estaría con él por mucho que lo deseara.
Suspiró. Había perdido la cuenta de cuantas veces se había encontrado imaginandose con Ash dando solo un paseo por la ciudad sin preocupaciones. 10 años después, su ausencia seguía afectandole.
Olvidarlo era imposible, Max y Ibe habían intentado sin éxito librarlo de sus recuerdos. Le habían suplicado que no volviese a Estados Unidos, que conociese a otras personas pero hizo caso omiso a lo primero y a lo segundo se negaba en rotundo. No podía centrarse en otra persona si en su corazón y mente seguía su primer amor y tampoco quería por mucho que le doliera.
No quería dejar ir su recuerdo ni sus sentimientos, lo único que le quedaba de él.
Eso, las fotos que se negaba a ver y su pistola que la guardaba como si fuese su posesión más preciada. Normalmente la policia se quedaba con las armas pero Jenkins por compasión se la cedió, sin munición claro, y Eiji la guardó aferrandose a ella cada vez que buscaba a su dueño.
¿Por qué no le había esperado? ¿Por qué no siguió a su lado? ¿Por qué tubo que despedirse? ¿Por qué le enseñó esa palabra? Y sobre todo ¿Por qué pensó que con la muerte de Dino Ash estaba a salvo? Era el mayor y no lo protegió, no merecía ningún tipo de compasión.
Pero no tenía tiempo para seguir lamentandose. Era 20 de diciembre, el cumpleaños de su muerte y como cada año desde que se mudo siguió la misma rutina. Ir a la floristería, comprar flores y dejarlas en la biblioteca de la ciudad. Las bibliotecarias se resignaron a los dos años, ni sus normas impedían que cada año llorara a su cumpañero.
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DREAMING IN DECEMBER
FanfictionSolo la noche del 20 de diciembre Eiji es capaz de dormir la noche entera y descansar sin pesadillas. ¿La razón? vuelve a encontrarse con la persona que más le marcó en su vida, con su único amor demostrando que aunque no pueda alcanzarlo ni estar c...