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OO. LABIOS ROTOS 💌💗 !
seis; café y flores.

Ya era viernes, fin de la semana, y Kiara sentía que los días le pesaban más que de costumbre

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Ya era viernes, fin de la semana, y Kiara sentía que los días le pesaban más que de costumbre. Está tan cansada que es inevitable no mostrar a la luz su mal humor y sus bajos ánimos. No era por algo en específico, simplemente había temporadas en las que su cabeza le jugaba muy en contra y sentía que todo lo que hacía estaba mal.

A veces cree que su peor enemigo es ella misma.

Mientras prepara su desayuno (que no es más que una taza de café) se dedica a leer sus apuntes de la facultad y a tratar de no procastinar. Es tan exigente consigo misma que siente que si no está todo el tiempo estudiando se atrasará y rendirá mal.
Nota la mirada de su hermana Kamila sobre ella, sabe de antemano que está preocupada pero no lo hace notar. Solo se dedica a tomar mates y a respetar el silencio de la cocina.

—¿Descansas mañana, gordi? —le pregunta luego de un rato, recordando que hace unos días su hermana menor le había dicho algo por el estilo.

Kiara se limita a asentir con la cabeza para luego sentarse en la mesa. Por suerte Santiago hace unos días le aviso que mañana tendría su día libre ya que el se iría a un pequeño viaje familiar, eso la salvaba muchísimo, porque lo que único que le apetecía en estos momentos era dormir y no despertar jamás.

A los pocos segundos su gatito Coen se acercó a ella para recibir amor por parte de la pelinegra, quien no dudo de comenzar a acariciarlo y a hablarle como si fuera un bebé.

—¿Querés que hagamos algo? Vicky también descansa y estábamos pensando en salir, abrieron un bar nuevo por acá cerca — Kamila habla, y le da un sorbo al mate que se preparó.

La ojiverde comenzó a dudar, lo cierto es que tiene las energías tan bajas que la simple idea de salir de su casa ya le daba cansancio. Sin embargo, esta tan estresada con los parciales y las clases de la facultad que la idea de ir a divertirse y despejarse le sonaba muy tentador. Por lo que dejó la duda de lado y decidió aceptar.

—Si, por favor. Necesito ponerme en pedo y apagar por un segundo las voces de mi cabeza — dice, con un tono muy cansado.

—Te prometo que eso va a pasar, Kiki —le dice, con mucha seguridad.

labios rotos. esteban kukuriczka.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora