—¿Qué piensas amor? — pregunto la castaña a su pareja mientras dejaba caer su cabeza en la espalda de él azabache.
—En que Felix cada día muere un poco más — soltó el con dolor —. A veces solo quisiera regresar el tiempo atrás, cuando estábamos jugando y haber evitado que se cayera.
—Sabes que su enfermedad no tiene nada que ver contigo.
El suspiro.
—Cuando nació yo desee que muriera, ahora, me arrepiento tanto de ello.