Marzo 2024
Buenos Aires, Argentina.
Lupe
Dentro del murmullo que se formó en esta pequeña reunión social pre boliche, había una voz que estaba llamando especialmente mi atención. Era una voz conocida.
Con la mirada busque, en cada rincón y en cada persona, de donde provenía el dichoso sonido, hasta que pude divisar que este pertenecía a una cabellera negra.
El chico estaba dado vuelta por lo que no podía ver su cara; sin embargo, no le saque la mirada de encima. Tenía que descubrir quién era.
De pronto, él dio un giro, y fue cuando finalmente confirme mis sospechas. Era Cu.
Corrí hacia él al grito de:
-Cu, ¿sos vos?- lo abrace sin dudar.
-¡¿Qué haces acá?!- preguntó él con el mismo entusiasmo.
El par se abrazó efusivamente, el reencuentro fue inminente, inevitable e improvisado. Ellos estaban juntos otra vez. Enzo y Lupe, luego de no verse por 13 años, se reencontraron de la forma más improbable que podía existir. En una fiesta, en Argentina, en la casa del chico con el que salía Lupe. El contexto era lo que menos importaba en este momento. Sólo había lugar para que sus miradas se encontrarán, para que sus cuerpos se fundieran en un abrazo lleno de amor, de complicidad y esperanza por retomar una amistad separada por la repentina mudanza del chico a otro país.
Sus miradas se conectaron y, por un momento, se olvidaron de donde se encontraban. Su entorno se volvió borroso. Las personas de su alrededor desaparecieron y solo eran ellos dos. No importaba nadie más.
El grupo de personas en la habitación no entendía muy bien que pasaba, ¿de donde se conocía este par?Por un lado, estaban los amigos de Lupe, quienes eran bastante selectivos y miraban con desconfianza al masculino. Por otro, se encontraban los amigos de Enzo, el grupo de argentinos que había conocido en el reciente rodaje de una película en la que era participe.
Uno de los chicos de ese grupo era conocido de Valentín, quien se encontraba en el inicio de una relación con Lupe.-Boludo, mira donde te vengo a encontrar. Contame ¿Qué haces acá? -dijo ella din soltarlo, mientras él la sostenía de la cintura.
-Dios, te extrañe tanto- menciono el morocho aun abrazado a su amiga -Seguís teniendo el mismo olor de siempre.- susurro con un dejo de nostalgia.
-Yo también te extrañe Cu- dijo Lupe, acunando la cara del chico entre sus manos, repasando cada facción de él.
-Vine a visitar a los chicos y bue...- el uruguayo fue interrumpido por Luz, una de las amigas de la castaña.
-Em... será que pueden explicar que esta pasando?- Dijo la rubia con una ceja levantada.
-El es Cu, va jajajaja - se río con picardía al recordar el origen de ese apodo. - Es Enzo, nos conocemos de chicos, éramos vecinos.- hizo una pausa- Hasta que el se mudo a Montevideo.- dijo la castaña con un dejo de tristeza en el tono.La partida de Enzo había sido un punto declive en su vida. Se conocían desde los 7 años de la chica y los 9 del varón. Compartieron una infancia y adolescencia juntos. Fueron vecinos en Tigre, y las casualidades de la vida los llevaron a coincidir en el colegio. Fueron cómplices cada verano, junto a sus hermanos. Sus madres fueron grandes amigas; y en conjunto se formo una gran familia conformada por los Vogrincic y los Firenze. A pesar de todo el amor compartido por el grupo, cuando la familia del chico tuvo que mudarse a Uruguay a causa del trabajo del padre, se separaron y casi no volvieron a saber uno del otro.
¿Por qué significo tanto esa partida para Lupe? Porque además de llevarse a su mejor amigo, se llevaron al amor de su vida. Tal vez, suena exagerado para una chica de 15 años declararlo como el amor de su vida, pero era de esa manera. Cada persona con la que ella se relacionaba era un punto de comparación.
Además, Lupe siempre tuvo problemas para integrarse, pero con Enzo las cosas eran diferentes; era él quien impulsaba a la chica a animarse a juntarse con otras personas; era él quien se encargaba de hacerla sentir cómoda en cada lugar al que iban. Su compañía era incomparable e inigualable.
Para Enzo, se trataba de lo mismo. Él tuvo que adaptarse a otro país, sin su compañera, quien lo incentivaba a seguir sus sueños con la actuación, quien estaba cada día preparada para compartir un café, una merienda; o simplemente sentarse al solcito y charlar de la vida. Lupe, siempre estaba dispuesta para darle un abrazo y contenerlo; solo tenia que mirarla para entenderse. La conexión de ambos se dio desde el día uno, donde el fue cómplice de la caída de la pequeña a la pileta. Luego de eso jamás se sintió solo, hasta que dejo de verla, y entendió cuanto la necesitaba. Sin embargo, nunca se buscaron. A ambos les dolía tanto la partida del otro que no se buscaron por miedo a volver a perderse.
Lupe
No puedo dejar de mirarlo, cada facción de su cara sigue igual a cuando tenia 17 años. Volví a sentir el magnetismo con él de inmediato. Pero... no puedo hacerme la boluda, no puedo pensar en Cu con estos sentimientos. ¿ Y Valentín? ¿Dónde carajo esta?
-¿Me parece a mi o no le podes quitar los ojos de encima a uruguayo?- Interrumpió mis pensamientos una voz masculina.
-Valen - me reí con vergüenza. - Me parece increíble cruzarlo acá, hace 11 años no lo veía. - nos habíamos alejado un poco del otro grupo, y yo no podía sacarle la mirada de encima a Enzo, tenia miedo de perderlo de vista.
-Si no estuviéramos juntos diría que un poco te gusta- dijo el rubio mirándome a los ojos.
Elegí hacerme la tonta y limitarme a reír. No podía decirle que con Enzo en mi plano, cualquiera desaparecía.
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Complicidad; enzo vogrincic
FanficUn verano los encontró, una vida los acunó y un amor los unió.