Capítulo Nueve

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Jack Nyras

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Jack Nyras.

Llegamos a un acuerdo con las plagas. Dejarian de investigarme y no se meterian en mis negocios solo por Sol. Y yo tampoco haria planes en su contra ni escandalos que la involucren ---así de mal me tienen pintado--- por lo tanto, estamos en paz. El imperio de Rhett cayo por lo suelos, a lo cuál tome todas sus ramas laborales como mías. La mafia italiana me pertenece ahora. También tengo conciencia de que los Masherano vendrán por mi al enterarse de su muerte, pero poco me importa en este momento. Tengo asuntos más importantes de los cuales ocuparme que de ese apellido miserable.

Como por ejemplo. Los Woods.

--- ¿Eres imbécil o te haces?---inquirió Liu sentado en el otro extremo de la mesa con un vaso de whisky, viendo a su hermano con odio.

--- Por lo menos mis hijos si me respetan---contesto Jeff con el mismo tono de odio. Dandole un sorbo a su vaso lleno de licor.

--- Si empezamos con mentiras, yo soy un santo---hable en tono sárcastico. Dandole una calada a mi cuarto cigarro del momento.

--- Tú callate, maldito mujeriego esquizofrenico---exclamo el castaño hacia mi.

--- Son unos imbéciles, no sé para que putas vine aquí...

--- Fuiste tú quién empezo, mapache de porqueria. De haber sabido que estabas aquí...

--- ¿Qué? ¿Hubieras traido a tu grupito de llorones a matarme como cada semana?

--- Por está razón no vuelvo a juntarlos ---murmure. Apagando el cigarro para encender otro.

--- ¿Y tú que? Desgraciado mujeriego, está fue tú estupida ídea---me gruño Liu.

--- Los que mienten y abandonan a su hermana menor durante 10 años no hablan.

--- Pues los que curan sus problemas maternos con su secretaria tampoco habla---ladró Jeff rabioso.

--- Al menos yo si tengo una madre y no la mate como otros.

--- ¿Ya terminaron?---inquirió Benjamín. Sentado en medio de la mesa. Estaba mucho más harto que yo por la discusión--- llevamos casi 4 horas aquí y no hemos llegado ni siquiera a un acuerdo sobre las fábricas en Roma y Génova.

Ambas fábricas eran propiedad de Rhett. Pero por obvias razones, ahora son mias y está reunión es para dividir las ganancias con mis socios quienes también decidieron hacerse cargo de algunas propiedades del italiano. No me negue... despúes de todo debo hacer algo humilde, ¿no? discutimos un par de horas más. Hasta que finalmente llegamos a un acuerdo. Allen se encargaria de la fábrica en Génova y Jeff de la que está en Roma. Mientras que yo recibiria las ganancias y las dividira para los tres.

Salimos de la oficina y nos encontramos con Beatríz, sentada en un sillón de la pequeña sala común en el centro. Con un rosario en la mano y por lo visto estaba rezando.

La bella y el asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora