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La luna estaba en un punto alto, ambos jóvenes se habían observado mutuamente, aunque Jiang Ying había pensado en cosas como, se parece al joven Lan XiChen, es muy guapo, esos ojos que son como el Sol son lindos. Cosas similares había pensado.
—Soy Jiang Ying, mucho gusto.— Se presentó con una enorme sonrisa mientras hacía una suave pero respetuosa reverencia, había escuchado que los dos Jades eran muy similares, pero al ver la corona que portaba el joven Alfa supo que sin ninguna duda era el segundo Jade, y por primera vez en mucho tiempo, lamento haber olvidado en casa los hermosos adornos para el cabello que tenía.
Antes que alguno de los dos pudiera hablar o entrar en otro conflicto, el joven detectó que cerca se encontraba el Alfa de mirada y sonrisa amable.
—WangJi, joven Jiang WuXian.— Saludó a los dos jóvenes.
—Hermano.— El joven Alfa se inclinó con respeto hacia su hermano.
Sonrió. —Joven maestro Lan XiChen.—
—El joven Jiang entró con botellas de alcohol, después de que se ocultó el sol y enfrentó una batalla.— Informó Lan WangJi, siempre atento en sus días de guardia.
Hizo un adorable puchero. —Son muchas reglas, ¿cómo sabré cuáles acciones rompen las reglas y cuáles no?— preguntó acentuando el puchero con un tono triste y preocupado, tenía que evitar ser castigado o su hermano mayor lo reprenderá.
Sonrió. —Comprendo, esta vez seré indulgente.— Notó qué su hermano estaba molesto, pero no comentó nada al respecto. —Sin embargo, le invito a leer las reglas, así sabrá lo que puede hacer y lo que no durante su estadía en GusuLan. —
Asintió y realizó una elegante reverencia. —Entonces me retiro.— Antes de irse le guiño el ojo coquetamente a ambos hermanos.
El joven Omega desapareció de la vista de ambos hermanos y ellos simplemente se dedicaron a observar. Una vez terminó la guardia ambos Jade se fueron cada uno a su habitación.
El menor de los Jiang vio a su hermano mayor dormir, ambos compartían una habitación, estaban acostumbrados, pues si bien en casa cada uno tiene su propia habitación a veces duermen juntos en una habitación o en la otra, incluso se colaban en la habitación de sus padres.
Se levantó y salió de la habitación. Caminó un poco. Se tocó la cabeza.
—Está prohibido deambular.— Lan WangJi se levantó, pues eran las 5:00 de la mañana, debía salir a realizar su última ronda de la semana.
Sonrió. —Me alegra que sea usted.— Tocó su cabeza algo mareado. —Está vez me siento mal, pero si Cheng-Cheng me ve así, se preocupará de más.
El Alfa entendió y vio que su hermano mayor también había salido, quizá para dar su primer ronda de la semana. Se inclinó con respeto.
—¿Sucede algo, WangJi?— preguntó Lan XiChen, aunque notó qué con su hermano estaba el joven Jiang.
