Eres la nueva vecina que llego recientemente a el vecindario de Welcome home, todo parece ser normal,aunque eras alguien timido lograste encajar a la perfección con los demás vecinos.
Todo marchaba a la perfección en tu nueva y pacifica vida.. hast...
Habían pasado varios días desde la última cita, que para sorpresa de ella salió "bien" dentro de lo que cabe.
Esos últimos días tuve demasiadas cosas en las que pensar, principalmente una forma de volver a ser libre. Bien sabía que su captor no iba a permitir esto y de una u otra forma la regresaría a esa horrible prisión llamada Welcome Home.
Todas las experiencias que pasó en ese vecindario sin duda alguna eran algo que jamás podría olvidar, ya fueran los momentos llenos de alegría y emoción que pasó junto a sus otros vecinos o los momentos llenos de terror y angustia que experimentaba día a día en Home.
Claro que podía irse si lo deseaba, de hecho se pudo haber ido desde hace mucho tiempo. Pero sus sentimientos la retenían como si fuesen cadenas, impidiendo su escape. Tantas fueron las oportunidades que tuvo para irse, tantos fueron los arrepentimientos que sintió.
Los días seguían pasando como si nada, nadie más que ella sentía esa espeluznante sensación de histeria. Ella era la única que podía rescatarse, ella debía ser su propia salvación.
Siguió ideando un plan, cosa que se dificultaba, puesto que Home se mantenía como una cámara de vigilancia durante las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. Cada segundo sus ojos estaban fijos en ella.
Una tarde soleada, ella se encontraba en el jardín trasero de Home mientras disfrutaba del buen clima para dar un poco de mantenimiento a las flores. No era como si tuviera algo mejor que hacer, y esto mantenía su mente despejada.
Estaba vacilante regando algunas de aquellas hermosas flores cuando de pronto escuchó una voz desde atrás: se trataba de Wally.
Él sostenía una carta en la mano mientras se acercaba a ella, parecía ser que alguien le había mandado un mensaje, simplemente se la entregó en espera de que la abriera...
Tras desenvolver aquel mensaje y leerlo, su rostro cambió a uno de emoción, está de hecho era una buena y bella noticia.
—"Frank me pidió ser una de sus damas de honor" —murmuró mientras mantenía una sonrisa creciente y sus ojos se mantenían en aquella carta.
—"Así que por fin decidieron celebrar la boda, ya se habían demorado..."— respondió él, mostrando poco interés en cada una de sus palabras.
—"¿Piensas aceptar?"—
Eso sonaba como una de sus habituales preguntas de las cuales esperaba que mi respuesta fuera negativa.
—"¿Puedo aceptar?"— vacilé ante su falta de tacto, en caso de que respondiera con un "no" tenía planeado rogar hasta que cediera.
Sus ojos se postraron en mí mientras su leve sonrisa se asomaba por la comisura de sus labios, —"Claro que puedes..."—.
Genial, esta vez no fue difícil convencerlo, de hecho era extraño que aceptara tan fácilmente. Probablemente tenía un truco bajo la manga, no obstante, decidí que por primera vez no prestaría tanta importancia a sus palabras.
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Los días pasaron volando, mientras todo en el vecindario transcurría tranquilamente. Los preparativos para la boda de Frank y Eddie iban a la perfección y todos y cada uno de los vecinos se alistaba para el gran evento.
_____ Junto con Julie y Sally fueron invitadas a algunas de las sesiones de prueba para el traje que el de cabello azabache usaría el día de su boda.
Fueron múltiples trajes de diferentes texturas y colores, tardaron horas eligiendo aquel atuendo tan especial para que al final se decidieran por un hermoso y elegante traje blanco.
Una cosa menos en los preparativos, aunque aún faltaban múltiples cosas, la lista se iba haciendo menos pesada.
Gracias a la cooperación de todos, los planes para la tan añorada boda iban cumpliéndose a la perfección.
Todo iba de maravilla.
—"Debe de haber algo..."—
—"Solo necesito una pista..."—
Sus pisadas eran silenciosas y meticulosas; para su suerte había logrado distraer a Julie y _____ por un rato, tenía que darse prisa y apurarse.
Si Sally sabía algo era que en Home sucedían cosas extrañas, por lo tanto, esa vivienda era su siguiente objetivo para investigar.
La rubia se había asegurado de que Wally no estuviera presente en ese momento, y ya que él se encontraba charlando en la casa del cartero, decidió aprovechar la situación.
Vagó alrededor de Home sin encontrar pista alguna mientras sentía cómo sus esperanzas se iban desvaneciendo, no podía entrar a la casa, lo cual le dificultaba su investigación.
Cuando estaba a nada de darse la vuelta y marcharse, sintió cómo una mano sujetaba su hombro; ante esto, inmediatamente se dio la vuelta, sintiendo cierta clase de escalofríos.
—"Lo siento, no era mi intención. Solo pensé en regresar temprano a casa."—
La rubia, al enfrentarse a tal interrogante, quedó sumida en un profundo conflicto interno. Su incapacidad para articular una respuesta adecuada disparó de inmediato sus nervios, desvelando así que ocultaba algo.
En ese preciso instante, _____ experimentó un atisbo de intuición, un presagio que anhelaba fervientemente fuera erróneo. Si el individuo de azuladas hebras llegara a descubrirla, ella estaría en peligro.
Después de meditarlo por un rato, se dio cuenta de que el hecho de que alguien se enterara de lo que pasaba dentro de home era algo inexorable.
De pronto se volvió acérrima ante sus decisiones, iba a ayudarla a estar cada vez más cerca del culpable.
—"No importa..."—murmuró mientras sonreía de forma serena. —"Nos vemos luego, Sally."— Después de eso la peli___ se dio la vuelta y simplemente entro a Home, dejando sola a la rubia.
—"Supongo que no encontraré nada útil aquí..."—
Comenzó a caminar de vuelta a su hogar cuando de pronto escuchó un ruido proveniente de home. Al darse la vuelta, notó una bolsa de basura justamente debajo de la ventana que daba a la habitación de _____.
Ahí fue cuando lo noto, el gorro que aquel vendedor siempre solía traer yacía debajo de esa bolsa.
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