La Dinastía Qing fue la última en gobernar China, al igual de ser los únicos con una maldición "Cualquiera que cargue con la sangre maldita de los Qing, será desterrado al infierno cuando muera" Yan-Li Qing murio en el año 1860 por envenenamiento y...
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Mucho se sabía de las familias reales del infierno, siendo estas la familia Morningstar, Ars Goetica y la menos conocida, la familia Qing.
Esta familia viene de la última dinastía que hubo en China, toda descendencia que vendría de los Qing iría al infierno sin importar que tan buenos hayan sido en vida. Una vez llegando al infierno se volverían mucho más poderosos que nada, por lo que con el paso del tiempo esta familia se volvía gigante y sus descendencias tanto en el infierno como en el mundo humano serian poderosas.
En el año 1860, se encontraba nuestra protagonista, Yan-Li dando una pequeña vuelta en el pueblo cercano a su mansión pues le encantaba ver como sus habitantes morían de hambre, en los pequeños puestos se vendían niños a 30 yuanes, la comida era la más cara pues estaba a 5000 yuanes mientras que a su familia le costaba apenas un yuan.
Ella iba escoltada con seguridad, varias personas la veían pasar pues su ropa era llamativa, se sabía que ella y casi toda su familia eran macabros por lo que varios residentes escondían a sus hijos apenas la veían pasar.
Se acerco a un pequeño puesto en donde se encontraban dos padres y una niña de no más de 10 años, la madre al ver que Yan-Li se acercaba trato de esconder a su hija
- Buenos días, señora, ¿cuánto quiere por su hija?
- N-No la estamos vendiendo!
- No le estoy diciendo si la está vendiendo, le estoy preguntando que cuanto quiere por esa mocosa - alzando con poco la voz mientras en su mano derecha tenía una bolsa con varias monedas
La madre iba a hablar, pero fue interrumpida por el que parecía ser el papá de la niña
- Te la doy por 9000 yuanes
- JA! demasiado barato para mí, pero no me importa, llévensela.
Después dar la orden a un guardia le lanzo dos bolsas de dinero con lo que se le pidió, la madre lloraba por perder a su hija, era satisfactorio ver como lloraba mientras golpeaba el pecho de su marido el cual solo veía al piso, era obvio que su hija no le importaba, para ellos era más importante el dinero que mantener un niño.
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