Capítul❍ 1.

169 28 3
                                    

El sol se asomó por la ventana...

Vamos, está en el cielo, ahí siempre estaba iluminado.

Dios no daba descansos.

Y de todos modos no los necesitaba.

Hyunjin se despertó, cansado como usualmente, pero animado muy internamente, solo por el simple hecho de ser un ser de luz.

Él era un ángel del amor, llamados así siendo ayudantes de Cupido alrededor del mundo, todos los idiomas, todas las culturas, teniendo rasgos específicos según su país. Para hacerse pasar por una persona común siempre que lo necesitasen.

En realidad era poco común que lo hagan, solo recurría momentos específicos como el consuelo con palabras a un corazón roto y rechazado.

De cualquier modo.

Tenía que levantarse a trabajar.

Habia tomado un descanso de aproximadamente 1 hora en todo el día. Si bien era agotador, no le servía de mucho dormir siendo que existía para su trabajo.

Si lo pensaba bien nunca llegó a tomar un descanso de más de 1 hora en los siglos que lleva existiendo.

Buen día a todos y sean-

Otra vez durmió con el televisor encendido.

Lo apagó antes de que se le diera y almacenara información que no le interesaba en lo absoluto, muy probablemente serían buenas noticias. Acá arriba nunca hay malas noticias.

Al haber sido creado como un ser de luz, Hyunjin no conocía la maldad, no conocía el pecado ni la blasfemia, pero si nació con curiosidad. Curiosidad de saber cómo era la vida allá abajo, dónde supuestamente el pecado corrompió todo y a todos a su paso.

Triste fue su sorpresa al no ver nada interesante. Claro, sus primeros siglos sí que fueron intensos, todos debido a las guerras territoriales, genocidios y masacres.

Como un ángel del amor no podía hacer nada ante eso, de limitaba a aparecer en los pueblos chicos y apartados en Corea para repartir el amor y la esperanza.

Siglos después, las cosas no mejoraron, era muchísimo menos entretenido que antes. Pero era mucho más dinámico.

Se creó este curioso día de San Valentín, en el cual las parejas eran más felices que ninguna otra.

Todos se agarraban las manos, se daban besos melosos, se abrazaban, regalaban cosas, y... se confesaban.

Era su trabajo, sin duda, pero era agotador ver como aquellos humanos llenos de valor y determinación eran múltiples veces rechazados.

Él hacia lo que podía, cuando una flecha aterrizaba en dos seres con química: se almacenaban en sus almas y se guardaban hasta que fuera el momento, siempre atrayendose la una a la otra. Esto podía durar días, semanas, años, o décadas.

Podía hacer tres maravillas con esas fechas: unir dos almas, curar un corazón roto o impulsar a dos almas a conocerse.

Botó un pequeño suspiro antes de sonreír.

Era muy lindo observar a dos personas enamorándose, y muy curiosamente él nunca pudo.

Siendo que ellos como ángeles también se podían casar.

Igual era un hecho raro, podías bien casarte con otro ángel del amor, con un alma salvada en el cielo, o con un ángel de otro labor. Sin embargo, otros de algún modo optaban por enamorarse de humanos. Casi nunca duraba y si los hallaban en aquella blasfemia: eran castigados y enviados a tierra o a veces peor, al inframundo.

Tentación Divina | ♯݊hyunho/hyunknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora