No puedo tener las dos cosas

Capitulo 10

Hermione guió a Harry del brazo a través de las puertas francesas y entró en su casa, "¡Mamá, papá, somos nosotros!"

Entraron al salón donde se podía cortar la atmósfera con un cuchillo. Harry simplemente asumió que las dos extrañas mujeres presentes eran la tía Agnes de Hermione y su hija Brenda, no quedó impresionado. De hecho su primera impresión fue de su tía Petunia y Dudley, no fue buena. Sus gestos y la forma en que Agnes se preocupaba innecesariamente por la niña le trajeron recuerdos de Dudley arreglándose la pajarita mientras atendía a la tía Marge. Si Agnes empezaba a soltar lenguaje infantil entonces Harry estaba seguro de que vomitaría.

La niña estaba claramente malcriada mientras que su madre evidentemente pensaba que el sol brillaba en el trasero de su hija. Harry y todos los Granger estaban vestidos con ropa informal, mientras que este par parecía haber pasado el día en el salón de belleza y luego se vistieron con sus mejores galas como si estuvieran listos para una noche salvaje en la ciudad. Eran las seis de la tarde de un viernes en Crawley, por el amor de Merlín. Todo era muy falso, pero lo que realmente preocupaba a Harry eran los motivos detrás de esta exhibición. ¿Eran tan estúpidos y superficiales que creyeron que dejaría a Hermione después de su primer vistazo a la inoportuna muestra de escote de Brenda?

Harry abrazó a Emma y luego intercambió con Hermione para estrechar la mano de Dan antes de que su prometido se encargara de las presentaciones, "Harry, esta es mi tía Agnes".

La mujer se adelantó, claramente con la intención de abrazarlo de manera similar a Emma, pero Harry no tenía intención de ofrecerle ningún estímulo. Extendió su mano frente a él, obligándola a estrecharla o caminar directamente hacia ella.

Agnes lo estrechó pero no estaba contenta, su hija hizo un puchero ante la mano ofrecida. "Dar la mano no es la mejor manera de conocerse".

Harry se encogió de hombros, "Es justo". Le dio la espalda para mirar a Hermione y tomó ambas manos. "¿Me mostrarás dónde está mi habitación, amor?"

Ella lo tomó del brazo mientras ambos salían del salón, "¡Volveremos en unos minutos mamá!" Hermione estaba luchando seriamente por controlar su risa ante la expresión en el rostro de Brenda.

Apenas habían entrado a la habitación de Harry cuando ella lo hizo girar, "¡Eres jodidamente brillante!" Luego, Hermione procedió a demostrar lo brillante que pensaba que era, ambos brazos de Harry rodeaban a Hermione mientras se sumergían completamente en el beso cuando se escuchó un fuerte grito ahogado desde la puerta.

El primer instinto de Hermione fue alejarse, pero Harry la abrazó con fuerza, terminó el beso y luego habló con la persona que ahora estaba parada en la puerta. "¿Podemos ayudarte en algo o siempre espías a las parejas jóvenes?"

Brenda estaba indignada por el desaire, su madre le había descrito el cartel con gran detalle, pero no había creído una palabra hasta que vio el artículo con sus propios ojos hoy. Había mirado fijamente ese cartel durante mucho tiempo mientras esos hermosos ojos verdes parecían conectarse con su alma, haciéndola sentir sonrojada. Aquí había alguien digno de ella que trataría bien a Brenda. Esta persona no le haría una llamada telefónica de 'lo pasamos bien, pero', la sinceridad estaba ahí para que cualquiera la viera. Luego entran, tomados del brazo, tan audaces como el bronce, y él se niega incluso a abrazarla, este señor, quienquiera que fuera a entender lo que pensaba.

La visión de su ansioso primo castor abrazando a este chico con los labios cerrados sorprendió a Brenda hasta la médula. La idea de mamá de que todo esto era una estafa fue severamente puesta a prueba por esa visión, ¿podría Hermione actuar tan bien y sabían siquiera que ella estaba allí? Sus comentarios dolieron como un látigo, pero haría falta más que eso para domar a Brenda o desviarla de su rumbo. "Sólo quería saber por qué me despreciaste ahí abajo, ¿qué mentiras te ha estado diciendo la ardilla sobre mí?"