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¿QUIÉN ERES TÚ?

¿QUIÉN SOY YO?

Genya Shinazugawa era un chico de 17 años que no tenía muchos amigos, al menos al único que consideraba de tal estatus era a Tanjiro Kamado, un chico que con su sola presencia lograba iluminar el mundo, era uno de los pocos que lo trataban bien pese a su rudeza al hablar con él. Sin embargo, los amigos del ojirojo era un caso diferente, tenían diversas formas de acercarse al Shinazugawa debido a su hostil forma de ser.

Por un lado estaba Zenitsu Agatsuma, el presidente del consejo escolar, un chico rubio y llorón que se quejaba por todo y constantemente evitaba hablar con Genya, de hecho sin querer había muchas veces que el azabache le había escuchado decir que quizás algunos rumores malos de la escuela eran ciertos sobre el chico de ojos lilas. Claro que Tanjiro no dudaba en salir en su defensa, aunque Genya nunca lo admitiría internamente agradecía la confianza del pelo burdeos.

Por otro lado estaba Inosuke Hashibira, un chico muy extraño en su actuar tenía el pelo negro y largo hasta los hombros, así como ojos verdes como esmeraldas; solía retarlo siempre que podía a una pelea, pero Genya simplemente lo ignoraba, de acceder a sus peticiones el regaño y la golpiza que su hermano mayor le daría no solo sería humillante sino inolvidable.

Quizás era a los únicos que toleraba y aceptaba.

Todos los demás chicos en su escuela temían con tan solo verlo.

Genya era un chico con un cuerpo musculado y de una estatura considerable, midiendo 180 cm. Su cabello era de color negro con terminaciones en tonos amarillos; contaba con un peinado peculiar portando del lado derecho rapado mientras que, por el lado izquierdo, se extendía hasta por debajo de sus hombros. Sus ojos eran extensos con iris pequeños de color lila y en su rostro era notable una gran cicatriz en el lado izquierdo. A sus 17 años, tenía un carácter poco sociable y siempre respondía con pocas palabras a los demás o simplemente los ignoraba.

Dicha cicatriz fue ocasionada por un accidente automovilístico dónde había perdido a sus padres, quedando solo al cuidado de su hermano mayor: Sanemi Shinazugawa.

Eran quizás las cicatrices y su mimetismo lo que llevaba a qué socializará muy poco con sus compañeros y estos lo vieran como un bicho raro. Solía ​​​​​​​​sentir envidia de su hermano mayor, pero nunca más que la admiración profunda que le inspiraba.

Actualmente su hermano mayor ya contaba con 23 años, era profesor de Matemáticas en la preparatoria donde estudiaba, además recientemente se había comprometido con la hermosa enfermera Kanae Cocho. Pese a que por el accidente el mayor portaba mas heridas que había sufrido al protegerlo, siendo estas más evidentes, seguía siendo atractivo por su cabello blanco, dándole un toque exótico juntos a sus ojos lilas.

Aquel día para el menor de los Shinazugawa, no había Sido diferente.

Como solía hacer se la pasaba en sus clases prestando atención, era su forma de agradecer a su hermano mayor el esfuerzo, que lo que menos podía hacer era siendo algún día aceptado en una buena universidad. 

Durante el receso se la pasaría escuchando, por breves momentos, a sus "amigos". Pero sin duda lo que más ánimos le daba al terminar la escuela, era acompañar a Tanjiro y a Zenitsu a ver la práctica de porristas.

Tanjiro acudía por su hermana menor, Nezuko Kamado, ya que después de las prácticas se irían a su casa juntos. En el caso de Zenitsu, era por la misma persona, estaba tan enamorado de la menor de los Kamado que solo aprovechaba cada espacio que tenía libre para conquistarla, pese a que era un año menor que él.

En caso de Genya, fingía que no tenía nada mejor que hacer que ir a ver un grupo de chicas tontas hacer acrobacias ridículas; aunque realmente y no lo admitiera en voz alta, su mirada solo veía a una sola chica, una sola doncella que hacía palpitar su corazón, aunque nunca tuvo el valor de acercarse a tan perfecta flor.

¿Pero quién era la chica que tenía loco a Genya Shinazugawa?

No era nadie más que la jefa de animadoras y la chica más popular del instituto.

(T/N) Himejima, eras una chica de cabello rojizo como fuego, ojos negros como la noche, labios delgados rosados, piel blanca sin imperfecciones de la adolescencia. Sin embargo, lo que más llamaba la atención era tu forma amable de ser. Siempre ayudabas a los demás en lo que podías y buscabas el tiempo necesario para estar con tus amigos.

Tu padre, Gyomei Himejima era un gran arquitecto, te había enseñado que todo lo que se hacía por los demás de alguna manera el universo buscaba la forma de regresarlo, el karma era poderoso solía repetirte como un mantra poderoso que terminó siendo la base de tu proceder en esta vida. Tu mejor amiga era Kanao Tsuyuri, una niña bastante agradable y muy amable pese a que no solía conversar mucho. Era la prima menor de la enfermera de la escuela Kanae Kocho.

Solías ​​también llevarte mucho con Nezuko Kamado, su alegría y flexibilidad hicieron que la unieras al grupo de animadoras, pese a que los de primero no lo tenían permitido, sin embargo tras aceptar la responsabilidad, tu profesor y encargado del grupo Giyuu Tomioka lo autorizo, así ella pudo ingresar al grupo sin problemas. Siempre trataste de ser responsable y nunca dejar que ninguno de los integrantes se propasará entre ellas, desde que asumieras el puesto siempre exigiste respeto entre todas y las que no, eran expulsadas del grupo.

Esta opción era apoyada por el profesor Tomioka por lo que nadie se atrevía a faltarte el respeto de alguna forma.

Era evidente que con tu carisma llamarás la atención de muchos chicos tanto de tu clase, como de otros; Sin embargo, nadie llamó tu atención. Tu prioridad como lo habían dicho tus padres era salir de la preparatoria con buenas notas y tener una buena carrera que te permita vivir cómodamente sin depender jamás de un hombre.

Por lo tanto chico que se te declaraba, hombre que rechazabas; tratabas de hacerlo de forma amable, pero clara; no querías herir a nadie pero tampoco te gustaba la insistencia, así que tampoco dudabas en poner un alto a la falta de respeto en tus decisiones.

Mientras unos pensaban en ti como una chica amable, otros creían que era una alzada engreída. A ti por su puesto no te importaba, tenías mucha confianza y seguridad en ti misma que aquellos argumentos banales de poco te importaban.

La escuela Kimetsu era una de las más prestigiosas, aunque aún no tenías claro que estudiar en tu próximo futuro. Una de tus materias preferidas era arte, el profesor Tengen Uzui era tan amable con sus alumnos como excéntrico, te permitía explayarte con tus pinturas que no se sentía como una materia. También solías disfrutar de la clase de historia, aunque no fuese tu favorita, quizás era por tu profesor Kyojuro Rengoku, sin embargo la más difícil era sin duda matemáticas, no tenías malas notas, pero el profesor Sanemi Shinazugawa era muy intimidante, que tenerlo dando una lección te causaba estrés, aunque nunca te había llamado la atención en sus clases o fuera de estas, era mejor nunca tentar a la suerte.

Con el profesor Giyuu Tomioka solías tener cordiales platicas respecto a su entrenamiento, no entendías la razón de porque los alumnos solía ponerlo como el segundo profesor más malo del instituto, claro, después del profesor Shinazugawa.

Si, esa sencilla forma de vivir era tu día a día escolar, era tu forma de disfrutar tu adolescencia. Aunque no sabías que el amor pudiera llegar a ella antes de lo que pensabas y con quién menos pensabas.

¡TE AMO! (GENIA X TN) (EN CORRECCIÓN Y PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora