¿amor o odio ?

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Dicen que del amor al odio hay un paso nunca creí que fuera así hasta que lo conocí a el , él fue mi principio y mi final, la relación más enfermiza y tóxica que nunca pude imaginar porque lo que empezó siendo amor casi me desangra el alma.

Quién no ha mendigando amor alguna vez?

- "Odio depender de el , sabe bien que todos mis insomnios llevan su nombre, el es  mi primer pensamiento del día y el último suspiro de la noche; no hay nada que sacie mis ansias como sus besos, tan solo una caricia de el es capaz de calmar cualquier dolor.

Su ausencias tienen el amargo sabor de la hiel y cada silencio suyo retumba en mis oídos con el eco inagotable de un abismo.
El aire deja su aroma prendido en cada esquina de mis calles desiertas y es que sin el me falta el aire".

Cuando lo conocí me pareció un tipo un tanto arrogante, uno de esos hombres tan seguros de sí mismos que se daba por hecho que cualquier cosa de la que hablara era palabra de Dios.
Era un hombre tremendamente atractivo, con una intensa mirada y unos labios que incitaban a pecar pero lo más atrayente de él era su carisma, su personalidad y el poder de seducción que aún sin saberlo ejercía sobre cualquier mortal, el fue un flechazo a simple vista.

- "No sé si esto es amor pero es lo que siento por el, no creo que lo odie por hacerme sentir así porque creo que el ni siquiera es consciente de que hace tiempo se convirtió en mi mayor veneno, en la droga de la que dependo sin antídoto posible; no lo odio a el, me odio a mí misma por no ser capaz de arrancarlo de mi mente porque ahí sigue aunque yo no quiera y mi corazón esté agotado"

El tiempo cura cualquier herida o al menos eso dicen y yo esperaba que el tiempo fuera mi mayor aliado, que me tomara por el hombro como si fuera mi mejor amigo y me ayudara a alejarme de su lado porque yo no podía hacerlo sola o al menos eso creía cuando los silencios me ahogaban.

Todos a mi alrededor pensaban que aquello no era amor y quizás tuvieran razón, el ahora solo es un recuerdo, alguien que lanzaba sus besos al aire como quien lanza un fajo de billetes y yo era quien corría entre la multitud para atrapar tan solo uno de ellos.
Él me regalaba su tiempo tanto como quería, cuando quería, donde quería, como quería y yo era la superviviente de su tiempo, de sus ausencias, de sus silencios.

Me costó darme cuenta, aceptar aquella realidad, me costó quererme de nuevo y situarme en el primer lugar de mis prioridades, me costó volver a la vida.

El amor no es dolor, no se alimenta del sufrimiento, el amor no te roba la respiración ni te llena de grises las ausencias.
El amor te envuelve aunque no esté presente, te llena de oxígeno y de colores; el amor llena cualquier silencio de sensaciones, te hace vibrar y no llorar; es vida y no agonía, el amor te hace sentir vivo y no te roba los días y es que cuando el amor entra en la piel y se instala en el corazón es tu mayor alimento pero jamás te deja morir de hambre.

Nunca pensé que el amor que yo sentía en aquel momento con los meses se fuera a transformar en algo contrario.

Cuando ese amor se transforma en cárcel y te convierte en preso, cuando te roba el aire y te mata por dentro, solo entonces ese amor tan grande que creías tener se convierte en odio o en desesperanza o en indiferencia o se va desprendiendo de tu piel y en ese momento te das cuenta de todos los soles que dejaste de ver, de todas las estrellas que dejaste de contemplar, de todas las bocanadas de aire que escaparon por tu boca, de todos los aromas que rozaron tu piel sin parada, de toda la vida que perdiste bajo la sombra porque a veces el amor toma otra dirección y se convierte en tóxico y te enferma y te mata y te alimenta de migajas hasta que mueres de hambre y te roba todo lo que eres dejándote en la sombra de lo que un día fuiste.

Y es que a veces dicen que del amor al odio hay un paso pero yo no lo creo tan solo llega un momento en que aquello que tú llamabas amor se desprende de tu piel para dejar paso a la vida...

Pese a la nube de dolor que me  dejaron, también me  enseñaron que merezco ser la prioridad y no una opción.
Que las ilusiones no se rompen de esa manera y que quien me pierde es el que pierde.
Gracias porque aprendi a diferenciar al cobarde que se vale de excusas.

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