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Jazmín se encontraba sola en su habitación, con la luz de su teléfono iluminando el espacio oscuro de la madrugada. Una idea cruzó su mente mientras miraba la pantalla: Cris. Sin dudarlo mucho, comenzó a redactar un mensaje de texto.

"A las 3 de la mañana", pensó para sí misma, cuestionando la cordura de su propuesta. Pero algo en ella ansiaba la compañía de Cris en ese momento, quizás para romper la monotonía de la noche o simplemente para disfrutar de su compañía.

Después de repasar el mensaje varias veces, finalmente presionó enviar, dejando que la incertidumbre se apoderara de sus pensamientos. No sabía cómo reaccionaría Cris, ni siquiera si estaría despierto a esa hora, pero la posibilidad de compartir ese momento juntos valía la pena el riesgo.

Con el teléfono en la mano, esperó nerviosamente una respuesta, mientras el tic-tac del reloj resonaba en la quietud de la noche.

Después de unos minutos, el teléfono de Jazmín vibró con la respuesta de Cris. Con un suspiro de alivio y emoción, abrió el mensaje para leer lo que él había escrito."Ya po, voy para allá", fue la respuesta directa y sin rodeos que apareció en la pantalla. Una mezcla de alegría y nerviosismo recorrió el cuerpo de Jazmín al leer esas palabras, sabiendo que Cris estaba en camino.

Sin perder tiempo, Jazmín se levantó de la cama y comenzó a preparar la casa para la llegada de Cris. Encendió algunas luces, puso música de fondo y aseguró que hubiera suficientes snacks y bebidas para compartir. Mientras tanto, su mente estaba llena de anticipación y preguntas sobre cómo sería esa noche juntos.

Finalmente, escuchó el sonido del timbre, indicando que Cris había llegado. Con una sonrisa nerviosa en el rostro, Jazmín corrió hacia la puerta para recibirlo. Al abrir la puerta, se encontró con la mirada chispeante de Cris, listo para disfrutar de la noche junto a ella.

Y así, entre risas, confesiones y momentos compartidos, Jazmín y Cris dejaron atrás las preocupaciones y se sumergieron en la magia de la madrugada chilena, disfrutando de la compañía del otro hasta que los primeros rayos del sol iluminaron el horizonte.

Después del beso apasionado, Cris se apartó ligeramente, con una expresión serena pero firme en su rostro. Miró a Jazmín a los ojos y, con voz suave pero directa, le hizo una aclaración importante."Cachay, Jazmín, quiero que sepas que me encantó estar contigo y que esta onda fue de lujo", comenzó Cris, tomando la mano de Jazmín entre las suyas. "Pero aparte de esto, no quiero que pasemos a más. No quiero enredar las cosas ni herirte".

Jazmín lo miró, asimilando sus palabras con seriedad. Aunque sintió un nudo en el estómago al escuchar su declaración, también apreciaba la sinceridad y la franqueza de Cris.

"Entiendo, Cris", respondió Jazmín con calma, devolviendo su mirada con determinación. "Agradezco que me lo hayas dicho y respeto tus límites".

Después del beso apasionado, Cris se apartó ligeramente, con una expresión serena pero firme en su rostro. Miró a Jazmín a los ojos y, con un tono relajado y típico de la jerga chilena, le hizo una propuesta.

"Oye, Jazmín, ¿qué tal si nos echamos un pucho?", dijo Cris con una sonrisa pícara, mientras sacaba un cigarro de marihuana de su bolsillo y lo mostraba.

Jazmín lo miró con sorpresa, pero luego una sonrisa juguetona se dibujó en su rostro. Aunque no era algo que hiciera con frecuencia, el ambiente relajado y la compañía de Cris le daban ganas de probar algo nuevo.

"Che, Cris, ¡qué ocurrencia la tuya!", respondió Jazmín con un tono de voz cargado de emoción, aceptando la invitación de Cris. "¡Vamos, no hay drama!"

Y así, entre risas y confesiones, Jazmín y Cris compartieron el porro, sumergiéndose en una atmósfera de complicidad y camaradería mientras dejaban de lado las preocupaciones y se entregaban al momento presente.

amigos solosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora