Capitulo 24

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Mientras observo el techo, un suspiro escapa de mis labios, y la figura de la doctora se materializa frente a una pantalla adornada con pequeños dispositivos de ultrasonido. En ese momento, Alexa se acerca y sujeta mi mano con ternura.

La voz de la doctora rompe el silencio, —Levanta tu camisa. Con la ayuda de Alexa, obedezco, y siento el contacto frío del gel que la doctora aplica en mi vientre. Un escalofrío recorre mi cuerpo mientras la pantalla cobra vida y la doctora coloca el transductor sobre mi abdomen, provocando movimientos en la pantalla. Las tres permanecemos concentradas en la imagen. Sin embargo, en medio de eso, un temor latente se apodera de mí. Los meses en los que desconocía mi embarazo fluyen en mi mente, recordándome que no me cuide absolutamente nada. La idea de que algo pueda estar mal me invade con inquietud.

Es difícil asimilar la idea de que una vida crece dentro de mí, es una experiencia abrumadora. Me pierdo en pensamientos sobre cómo será este nuevo capítulo, cómo reaccionará Arturo al enterarse de que será papá. Aunque sé que su alegría será inmensa, mi mente divaga entre diferentes emociones y preocupaciones.

De repente, la voz de la doctora me saca de mis pensamientos —¿Escuchas eso? Los latidos del corazón del bebé llenan la habitación, haciendo eco en mi propio palpitar. Siento una oleada de emociones, y unas ganas de llorar se apoderan de mi . No sé definir este amor que nace en todo mi interior, pero es algo único, algo que nunca había experimentado antes. Con voz entrecortada, confirmo lo que escucho.

La doctora confirma con una sonrisa tranquilizadora —Es su corazoncito. Mis labios se curvan involuntariamente en una sonrisa. —¿Está todo bien? le pregunto con nerviosismo.

—Teresa, todo está perfecto. Es un bebé muy sano. responde la doctora.

La emoción se contagia, y Alexa expresa su alegría con una sonrisa. Mis ojos se posan en la pantalla, intentando descifrar la forma y el movimiento que veo. Un nudo se forma en mi estómago, pero la mezcla de emociones no me permite identificar claramente lo que siento.

Entonces, la doctora me hace una pregunta que despierta mi curiosidad. —Te gustaría saber el sexo del bebé.

—Claro que siii. La voz de Alexa se escucha en toda la habitación y la doctora suelta una risita.

Ante la pregunta de la doctora sobre si deseaba conocer el sexo del bebé, mi respuesta fue instantánea, "Sí". Volvimos a dirigir nuestras miradas hacia la pantalla, y en ese instante, el tiempo pareció detenerse mientras mi curiosidad se intensificaba.

Imagino cómo sería si fuera un niño o una niña, dejando que mi mente divague por los posibles escenarios. Lo único que tengo claro es que sería un bebé hermoso, independientemente de su sexo.

La voz de la doctora interrumpe mis pensamientos, indicando que ya es más que evidente lo que se muestra en la pantalla. Un suspiro de curiosidad escapa de mis labios mientras pregunto con emoción y nerviosismo: "¿Qué es?"

—Es una niña, y parece estar muy sana. responde la doctora.

Las lágrimas brotan sin control, sin una explicación clara. Seré mamá de una niña. Arturo y yo seremos papás de una princesa. A pesar del torrente de emociones, solo siento el cálido abrazo reconfortante de Alexa. La emoción y la felicidad se entremezclan con el miedo en mi corazón.

Me doy cuenta de que tendré en mis brazos una manifestación física del amor que Arturo y yo compartimos. Su sueño de formar una familia juntos se hizo realidad de una manera inesperada. Esta niña llega en un momento en el que menos lo esperábamos, pero su presencia transforma todo a mi alrededor.

La voz de la doctora llena la habitación con sus palabras de felicitación. —Muchas felicidades.

......

Siento una tensión palpable mientras estoy sentada en la cama, con las pruebas de embarazo en mis manos, observando la puerta entreabierta con nerviosismo. Mis movimientos son inquietos, y la incertidumbre pesa en el aire. En una mano sostengo las pruebas de embarazo, mientras que en la otra tengo el resultado de la prueba de sangre impreso.

Entra Arturo a la habitación con una sonrisa, vistiendo unos pantalones de tela y una camisa blanca con los primeros botones desabrochados, se ve sumamente guapo, su mirada encuentra la mía y ambos sonreímos. —Hola, mi amor, dice, acercándose para darme un beso. Te he extrañado, agrega.

Correspondo a su saludo, pero la seriedad de la situación no tarda en apoderarse de mí. —Pero tenemos que hablar, Arturo. Hay algo muy importante que debo decirte, algo que cambiará nuestras vidas para siempre.

Una sombra de preocupación cruza el rostro de Arturo mientras frunce el ceño. —¿Qué pasa, Teresa? ¿Está todo bien?", pregunta con evidente preocupación. Sin embargo, los nervios me juegan una mala pasada y me cuesta articular las palabras.

Con manos temblorosas, le entrego las pruebas de embarazo. Observa las pruebas con atención, pero su rostro permanece inexpresivo. Luego, dirige su atención a la prueba de sangre, leyendo detenidamente cada detalle. El tiempo parece detenerse mientras espero ansiosamente su reacción.

A medida que avanza en la lectura, sus expresiones cambian, revelando su sorpresa. Al levantar la mirada para encontrarse con la mía, puedo ver un brillo de asombro en sus ojos, reflejando mi propia emoción. Sin poder contenerme más, las lágrimas comienzan a salir. —No puede ser, murmura.

—Sí mi amor. Estoy embarazada, logro decir entre sollozos.

Me abraza con fuerza, y sus palabras llenan mi corazón de alegría y alivio. —Gracias por esto, Teresa. Acabas de darme la mejor noticia de mi vida, mi amor.

Su abrazo me reconforta por completo, y trato de contener las lágrimas, pero la emoción es abrumadora. Es un momento que quedará grabado en nuestras memorias para siempre.

El pone sus manos en mi rostro y me da un pequeño beso. —Es una niña. Digo sin más

El me mira y no dice nada, pero puedo sentir su felicidad, una sonrisa se forma en su rostro. —Tanto que odias mis berrinches y me hiciste una mini versión mía. El sonríe y suelta una risita.

—Voy hacer papá de una princesa. Me abraza nuevamente. —Gracias, Gracias Teresa soy el hombre más feliz del mundo, acabas de cumplir mi sueño más grande. Me da un beso en la frente y me vuelve abrazar. Su voz se escucha sumamente emocionada.

Amigos hice esta capítulo por petición de ustedes, saben que me cuesta publicar dos capítulos por día, pero lo hice por el apoyo que me han dado, muchas graciassss, espero les guste y me dejen un comentario.

Teresa 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora