07

278 30 13
                                    

Si alguien me hubiese dicho lo dificl qué era estar con Walker Scobell en un centro comercial, probablemente no hubiese aceptado esta salida.

Y pensar que hace unas semanas ver al insufrible de Walker un sábado no era mi plan ideal. Aquí estaba ahora, dándole mi tiempo... y paciencia.

—¡Mira! ¡Es una tienda de cómics!

Él rubio tiro suavemente de mi brazo, para correr hasta allí. Al entrar, observó la tienda como si de una de las maravillas del mundo se tratase. Comenzó a avanzar por la tienda examinando cada cómic y deteniendose a tomar algunos.

Me miro felizmente con su sonrisa.
—¿No te emociona?

—No soy tan fan de los superheroes —dije, restándole importancia. Walker me miro con su ceño fruncido, como si hubiese dicho la incoherencia más grande del planeta.

—¡¿Jamás te has visto las películas o algo así?!

—Solo las de Spiderman —dije con una sonrisa de angelito.

El me observó unos segundos juzgandome con la mirada, algo que me recordó muchísimo a la vez que nos conocimos.

Dio un suspiro pesado, mirando al cómic que tenía en sus manos.
—No puedes vivir así. Veremos las películas juntos.

Eso me descolocó un poco. Fruncí el ceño sin poder creerlo.
—¿Juntos? ¿Tú y yo en un mismo cuarto... Solos?

Eso era caos asegurado.

—¡No! —respondió Walker enseguida—. Osea, sí. Si tú quieres no —siguió. Se veía nervioso, eso me dio gracia.

—Esta bien, Rubio —le respondí con una sonrisa burlesca—. Hay que verlas entonces. Juntos.

—Genial. Mañana.

Eso me volvió a descolocar. ¿Mañana? ¿Tan pronto?

—Si tú quieres —me aclaró.

Sonreí divertida al ver lo nervioso que se encontraba.
—Claro, Scobell. Mañana esta bien.

Nos quedamos mirando él uno al otro en silencio. El ruido a nuestro al rededor pareció desaparecer para mí. ¿Era normal perderme en los ojos de Walker al punto de sentir que nada más existe? ¿O debería preocuparme?

Siempre fui consiente de lo atractivo que era, pero ahora, a sus quince años, era distinto. Estaba más alto, tenía sus facciones más marcadas y su voz había cambiado bastante. Era evidente porque parecía ser el de tanta gente actualmente. No me preocupaba la admiración que sentía por sus bellos ojos, o pensar que era lindo, ni nada de eso, me preocupaba otra cosa...

¿Por qué siento que quiero vomitar cuando lo veo? ¿Es fatiga? No había desayunado hoy.

—¿Vas a comprar los cómics? —le pregunté intentando esfumar mis pensamientos.

Él me miro unos segundos embobado antes de fruncir el ceño confundido una vez salió de su trance.
—¿Eh?

—¿Si vas a comprar ya los cómics? —repetí con una sonrisa divertida—. Para poder irnos.

—Oh, si, si, si.

Él empezó alejarse de mí con los cómics que tenía pensado comprar. Lo espere unos pocos minutos para poder irnos. Cuando volvió me sonrió amable para darme a entender que estaba listo.

—¿Vamos a comer? Creo que tengo hambre —le pregunté yo, haciendo caso al malestar de mi estómago.

—¿No desayunaste? —me preguntó él con evidente preocupación.

Like The Movies | Walker ScobellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora