24 HRS. | (JELENA ADAPTACIÓN) .

Capitulo 18

-Sube rápido. - le dijo él. Selena subió una pierna y luego la otra. Divisó por última vez el edificio del departamento de Justin. Un intenso regocijo le invadió el corazón. Lo estaba dejando... - ¿traes todo lo necesario? - preguntó Jason, notando que Selena se encontraba pensando en otra cosa. En otra cosa y en alguien más. - oye...¿estás bien?

-Sí. - afirmó. Se volteó para mirarlo. Envuelta en esos bonitos ojos azules que él siempre había tenido y que a ella siempre le habían llamado la atención. Se acercó y besó suavemente sus labios. Jason se quedó atónito, en su sitio, y poco a poco fue acoplándose al ritmo de su boca. La apretó de la cintura.

Selena no se detenía, y no se detendría. Quería sentir que estaba haciendo las cosas bien... que Justin no le importaba, que seguía enamorada de Jason como tanto había pensado. Que no se equivocaba.

Se separaron. Jason le dedicó una bonita sonrisa que la calmó muchísimo. Encendió el contacto del auto y este fue alejándose poco a poco de la casa de Justin.

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Justin no conciliaba el sueño. Ella no lo dejaba dormir. Ella y su maldita presciencia hasta en los sueños. No podía soportar tenerla a dos puertas de la suya y no poder ir por ella... no poder besarla, no poder acariciarla... le jodía infinitamente. De una manera brutal. Intensa. Jamás pensó sentirse así por alguien. De pronto recibió una llamada. Observó su identificador de llamadas, el número de Ryan Butler -su mejor amigo - sobresalía.

-¿Qué pasó? - preguntó Justin, una manera amable de saludar, pues no se sentía con ganas de nada.

-Vaya... ¿tan mal te tiene? - preguntó Ryan. - por eso yo le he dicho a Robert que me encargue los casos de veinte años para arriba, así yo también termino ganando. - se rio en el teléfono. A Justin no pareció darle gracia.

-¿Qué quieres?

-Ya enserio, necesitas follar.

-Te lo preguntaré una última vez... ¿Qué quieres?

-Llamaba para ver cómo estaba mi mejor amigo. Pero mírate, parece que quieres matarme.

-No estoy de humor. El trabajo me tiene así.
-Robert contó que te habías escapado... y que la propia Selena Gomez le llamó quejándose. Vaya mujercita.

- Sí, eso pasó. Pero fue mi culpa del todo.

-Querías divertirte, te entiendo, segura ella no...

-Selena es diferente.

Ryan frunció el ceño. Aquello le había sorprendido sobremanera.

-¿Lo han hecho?

-Joder, ¿qué te importa?

-Solo pregunto.

-Da igual si lo hemos hecho o no, a ella le gusta otro tipo. - se mordió los labios. Esa frase, aquella que él mismo había dicho, le dolía en el alma. Endureció los pómulos.

-¿Pero y qué? Me han contado que tiene diecisiete, que es una niña problemas... hay mejores en el mundo y lo sabes perfectamente.

Justin cerró los ojos. Hay millones en el mundo. Incontables. Todas pueden ser perfectas. Pero ella había sido hecha a su medida. Justo como la necesita.

-Tú no la conoces. - susurró Justin.

Las palabras de Justin hicieron reaccionar a Ryan. Este abrió los ojos. Estaba más que sorprendido con lo que acababa de escuchar. De un momento a otro llegó a pensar que ya no estaba hablando con el mismo hombre de siempre... que había cambiado... que estaba...

-¿Estás enamorado de ella?

Alguien tocó la puerta de su departamento. Justin tomó asiento sobre el borde la cama. Le sorprendía que alguien tocara a esa hora.

-Creo que es Robert. - le dijo Justin. Ryan asintió en la otra línea. - tengo que colgar. - y así lo hizo. Se colocó una sudadera rápidamente y salió de su habitación.

Al abrir la puerta Robert, efectivamente, lo esperaba en las afueras.

-Gracias al cielo te encuentro.

-Sobre lo que pasó... no volverá a suceder señor, se lo prometo.

-Como sea. - Robert sacó un par de documentos de su portafolios y se los entregó a Justin. - no tengo mucho tiempo, se han presentado dos casos más en Rusia esta misma noche y debo asignar a dos agentes ahora mismo. Pero te he traído esto. Ya lo tenemos. - la piel de Justin empalideció de un momento a otro. - ¿lo conoces? Es el asesino que está buscando a Selena. Jason Stronwell.

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-¡Te he dicho que no grites! - le ordenó Jason. Colocando toscamente un pañuelo que cubría la boca de Selena. - si dices una sola palabra más, te juro que te mato. Te lo juro. - apretó fuertemente el nudo, Selena gimió. - ¿has visto el reloj? - le preguntó abriendo bien los ojos. A continuación jaló fuertemente el cabello de ella llevándola a mirar hacia adelante, donde se encontraba un enorme reloj de pared apuntando las once y quince minutos de la noche. - bonito...¿no? esta noche tocas tú... el plato fuerte... - susurró pegándose a su oído. - te quedan cuarenta y cinco minutos preciosa.

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Justin corrió hasta la habitación de Selena, abrió la puerta de inmediato. Nada. Ni sus cosas. Ni un simple rastro de ella. Justo como lo pensaba.

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-Cuarenta y cinco minutos para que se hayan completado las veinticuatro horas. - le dijo.
Ella murmuró algo inentendible. Jason bajó suavemente el pañuelo que traía en los labios.

-¿Por qué...? - logró preguntarle ella. Infinitos recuerdos se le vinieron a la cabeza. Cada desaparición de los miembros de su familia. Había tratado de ser fuerte. De no llorar ni una sola jodida noche por ellos. Pero en aquella... fue todo lo contrario.

-Porque estoy obsesionado contigo. - le dijo sin remordimiento. - contigo y con todo lo que rodea.

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-No está... - se colocó las manos en la cabeza, para luego bajarlas y tirar todas las cosas que se encontraban a su alrededor. Frustrado. Se sentó sobre el borde de la cama, aquella donde Selena había dormido. Desarreglándola por completo, ¡joder!, ¡se le había llevado! No podía creer que a pesar de lo que los dos habían pasado juntos ella lo hubiera seguido prefiriendo a él. ¿Por qué? ¿Por qué no podía quererlo a él? sus manos resonaron sobre la suavidad de la cama. - ¿Dónde estás...?

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-Te quiero para mí. Siempre te he querido solo para mí.

-Jason yo...

-¿Tú qué? ¡¿Tú qué?! - le gritó. - ¿crees que no sé lo que pasa entre tú y ese estúpido agente? ¿crees que no lo sé? - sus gritos aterrorizaron a Selena. Tragó saliva. - me estabas engañando.

-Tú y yo ya no...

-¡Cállate! - volvió a gritar.

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Y volvió a pensar en la pieza clave. El celular de Selena. Nunca salía sin él y la otra noche había logrado encontrarla sin problemas gracias a ello. Fue hasta su habitación, abriendo los cajones más escondidos de esta, sacó su arma favorita.

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-Te juro que no quiero matarte... - le dijo tapándose los ojos. No podía tener control de lo hacía nunca. No podía. La quería. La quería muchísimo. Pero no soportaba la idea de verla con otro tipo. Si no era con él, prefería verla muerta. - perdóname.

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Justin subió a su auto. El rastreador haría su trabajo. Lo tenía. Lo mataría. Esa noche terminaría con él. Y también... enterraría muy al fondo todo lo que sentía.