Capítulo 2 "Pasado"

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Sé lo que es morir. ¡Cómo duele sonreír! Cómo intentas encajar, pero no puedes. ¿Cómo te haces daño por fuera para intentar matar lo que llevas dentro?

Temprano por la mañana

Hay un mensaje en mi teléfono

Es mi madre diciendo “Cariño, por favor, ven a casa”

Temo lo peor

¿Cómo puedes dejarnos a todos atrás?

Hay tanto que decir, pero hay tan poco tiempo.

Entonces

¿Cómo le digo adiós?

A alguien que ha estado conmigo toda mi vida

Tú me diste mi nombre y el color de tus ojos

Veo tu cara cuando miro la mía

Entonces, ¿cómo?

¿Cómo?

 ¿Cómo digo adiós?

Cuando ya no podía

Tú siempre viste lo mejor de mí

En mis aciertos y errores siempre estuviste a mi lado

Pero tengo miedo de como sería la vida sin ti

Vi la forma en que mamá te miró a los ojos

Y te prometo que si te vas

Me aseguraré de que ella esté bien

Entonces, ¿cómo le digo adiós?

A alguien que ha estado conmigo toda mi vida

Tú me diste mi nombre y el color de tus ojos

Veo tu cara cuando miró la mía

Entonces, ¿cómo?

¿Cómo?

¿Cómo digo adiós?

Y no hay forma de que puedas defraudarme.

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Esos sueños aterradores que muchas veces en las noches me atormentan perturbando mi mente. Pueden ser un importante mensaje del destino para mi vida. Dicen que el miedo es irracional. Que no tenemos control sobre nuestros sueños y que las pesadillas. No necesariamente significan algo. Pero, ¿qué pasaría si esas imágenes, sentimientos y recuerdos que ocurren involuntariamente, sí puedan tener algún significado?

El incidente en la casa Silva fue un antes y un después para mi vida. Un incidente que, por alguna razón, no puedo recordar. Es como entrar en una laguna o estar en un pozo sin fondo. Queriéndo llegar hasta el final de todos esos recuerdos perdidos. Pero por más que intento esforzarme por recordar, no puedo. Ya que ese final no existe.

Parada frente al espejo que se encuentra en el pequeño baño de aquel asfixiante hospital. Mirando mi alta figura que se reflejaba en él. El tono de mi piel es canela o cobriza. Mis grandes y resaltantes ojos ámbares. Con un color amarillo marrón parecido a un tono dorado junto a mis largas pestañas. Mi nariz pequeña y perfilada. Mis labios finos son de un marrón claro. El pelo rizado estaba envuelto en largos rizos de color castaño que caían en forma de cascada hasta mi cintura. La alta figura que, a pesar de ser tapada por la bata ancha y sosa de aquel hospital. No ocultaba las dotes de mi cuerpo. Mis anchas caderas, las piernas largas, mis pechos voluptuosos, y mi cintura chica. Características de mi madre, al igual que mis rasgos de brasileña. Orígenes natales.

Verme en el espejo es como ver el reflejo de mi madre y en verdad odio eso. El color de mis ojos, de mi piel, me recuerdan tanto a ella.

Y es gracioso porque a diferencia de ahora, antes yo amaba mi parecido con ella. Pero en estos momentos solo lo aborrezco y detesto parecerme a esa persona que por más que suplicara o rogara ya no estará conmigo.

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⏰ Última actualización: Feb 23 ⏰

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