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12: Topos y pesadillas

Abro los ojos de golpe, asustada y confundida en partes iguales por el sueño o, más bien, pesadilla, que acabo de tener.

No recuerdo mucho, lo cual es extraño porque casi siempre recuerdo lo que sueño. Más si son pesadillas. Solo tengo imágenes vagas.

Risas de niñas, mi madre sentada en un prado, de pronto ella colocando las manos en el suelo y haciendo crecer un montón de flores a nuestro alrededor, más risas de niñas y a mí corriendo por el bosque, siendo perseguida por Stefano.

Fuera de eso, no recuerdo nada más.

Me paso las manos por el rostro, sintiendo la transpiración, y cayendo en cuenta de que me quedé dormida a los pies de un árbol en el bosque mientras paseaba, buscando flores y plantas que me sirvan para hacer ungüentos.

Y para agregarle más sazón a la cosa, lo nublado del cielo me dice que va a caer una lluvia tremenda.

Bienvenido a mi maravillosa vida.

Pego un brinco mientras me levanté al ver como una figura se acercaba rápidamente a través de los árboles.

—¡Rubí!

Suelto un suspiro, al caer en cuenta de que se trata de Ash... ¡Agh! Ethan. Ese mismo.

—¿Dónde has estado? Te hemos buscado por bastante rato. Pensé que te había pasado algo o...

—¿Que me había escapado?—levanto una ceja, y él asiente con una mueca—. Pues no te preocupes, que cuando decida irme te avisaré de antemano.

Frena en seco al intentar acercarse a mí cuando escuchó esas palabras. Por lo visto no se lo esperaba.

—¿Qué? ¿Te vas a ir?

—¿No es obvio?

Frunce el ceño, y termina de acercarse hasta estar frente a frente.

—¿Por qué te quieres ir? No te falta nada, te están empezando a aceptar en la aldea, y...

—Este no es mi lugar, Ethan—lo interrumpo, y al ver su expresión se vislumbró un poco de dolor en su mirada. Es obvio que no le gustó que dijera eso—. Es el tuyo. No soy una de ustedes, y nunca lo seré.

Joder. Esa expresión de dolor en su mirada no me ayuda a continuar con mis palabras.

—Pero eres mi kojav. Mi bashert.

Niego, aunque me esté doliendo un poco la manera en que lo dijo.

—No. Solo ustedes creen eso. Yo no. No lo siento. Soy humana, no siento nada. Ni un lazo, ni una conexión, ni nada. Solo es eso, un lazo, y no quiero atarte a mí. Mereces algo mejor.

—Pero yo te elegí a ti.

Joder.

—Y puedes elegir otra vez. Pero no seré yo.

Me toma repentinamente de los hombros, viendo directamente a mis ojos. Como buscando algo en ellos que no sabría decir qué era, pues ni yo misma lo sabía.

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⏰ Última actualización: Mar 26 ⏰

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