-Si mamá, no te preocupes, estoy bien- Violeta habló al teléfono mientras sacaba cosas de las cajas en las que se encontraban todas sus pertenencias. Había dejado atrás toda su vida en Granada, familia, amigos, novio, o mejor dicho ex-novio. Su relación de casi cuatro años con su novio se vio afectada en el momento en el que Violeta decidió poner por encima su vida profesional y aprovechar esta oportunidad laboral. Julia, su actual ex-pareja, no creía que pudieran mantener una relación a distancia, ya que ella daba a entender que no sabía si podría aguantar tanto tiempo sin mantener relaciones . Según ella misma decía "si no le daban lo que necesitaba, tendría que ir a buscarlo a otro lado". La licenciada en periodismo acabó destrozada, se dio cuenta de que la persona a la que amaba, solo la quería por el sexo, creando así inseguridades de las que sería muy difícil deshacerse. Se sintió engañada y traicionada. Por esta razón, decidió dar aquel paso para empezar una nueva vida, en un sitio muy lejos de su casa, y sin billete de vuelta.
-Violeta cariño, has pasado unas semanas horribles y las mudanzas estresan mucho, estás muy lejos de casa- le dijo Susana a su hija en un tono preocupante.
-Mamá, estoy bien de verdad, solamente necesito organizar un poco este piso, todavía es un poco desastre- explicó Violeta mirando a su alrededor y viendo la montaña de cosas que tenia todavía por colocar.
-Bueno hija, ¿y que tal tu primer día en el nuevo instituto? Cuéntame - preguntó su madre cambiando de tema.
-Bien, muy bien la verdad, todos me han acogido genial, tengo muchas ganas de conocerlos a todos- mintió un poco Violeta, no quería decirle a su madre que en realidad no sabía si había hecho bien en tomar esta decisión. Además, que le hubiesen asignado la clase que al parecer, nadie quería, no ayudaba en nada. Pero en realidad si que tenia ganas de conocerlos a todos, estaba convencida de que lo único que les faltaba a esos chicos y chicas, era un poco de confianza y una mano en la que poder sostenerse. Como la mano de Chiara, todavía se acordaba de esa pequeña interacción con su alumna. La chica le creaba mucha curiosidad, intentaba aparentar rudeza y chulería, pero en realidad Violeta sabía que jugando bien sus cartas, esa chica acabaría confiando en ella y se dejaría ayudar. Quería demostrarle que aprender no debía de ser malo y le ayudaría a devolverle la confianza en sí misma que le habían hecho perder. Le ayudaría a descubrir un nuevo mundo de posibilidades.
-Me alegro mucho cariño- Contestó Susana con ese cariño que le caracterizaba.
-Quiero que me llames todos los días, que me cuentes que tal estas, si conoces a gente nueva, si te enamoras de un menorquín en un chiringuito de la playa, quiero saberlo todo ¿vale?- Exigió su madre.-Déjate de enamoramientos, por favor, he venido a trabajar y eso es a lo que voy a dedicar mi tiempo- Contestó exaltada Violeta por la propuesta que le había insinuado su madre.
-Bueno tendrás que salir y divertirte también ¿No?, no te cierres Violeta hija, la vida pasa muy rápido- Argumentó la más mayor. -Te tengo que dejar hija, acaba de llegar tu padre de la compra y tengo que ayudarle con las bolsas, mañana hablamos, te quiero mucho hija, cuídate- se despidió Susana a través del teléfono.
-Yo también te quiero mamá, dales un beso enorme a papá y a Tana- se despidió también Violeta.
Dejó el movil en la mesa y se dejo caer en el sofá, acompañada de un suspiro de cansancio. El agobio y la ansiedad hicieron acto de presencia al observar el desastre que le rodeaba. Era Domingo por la tarde, había estado toda la mañana haciendo la compra, comida, platos, vasos, toallas, sartenes, sábanas...Todo lo que se necesitaba para empezar a vivir en un piso medio vacío. Sólo tenía un colchón en su habitación, un sofá de dos plazas en el salón y una mesita baja. Ni si quiera tenía muebles, o estanterías en las que colocar todas sus cosas. Era el único momento del día en el que podía aprovechar para organizar todo un poco. El sábado estuvo todo el día durmiendo, necesitaba descansar, tanto física como mentalmente.
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Trato - KIVI
FanfictionChiara Oliver, 18 años, alumna no muy ejemplar de un instituto de Menorca. Violeta Hódar, 24 años, de Motril (Granada). Licenciada en Periodismo. Último curso de Chiara en el instituto, primer año para Violeta como profesora en ese instituto.