¿Where i am? [Cap. 3]

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Estaba en ese lugar desconocido, algunas lágrimas de miedo recorrían mis mejillas mientras seguía intentando recordar lo que había pasado, aunque solo recordaba que estaba en un carro, tenía sueño y al lado mío estaba manejando un chico de parecer amigable. Pero no recuerdo nada más. ¿Cómo llegué aquí? o mejor... ¿Dónde estoy?
      Levantándome del suelo frío y duro en el que estaba sentada, comencé a caminar de un lado a otro con desesperación, mientras unas gotas de sudor recorrían mi frente.
      Nuevamente volví a sentarme y vi hacía mi alrededor. Joder, ahí no había ventanas hacía a fuera ni nada como ello, solo había una ventana muy pequeña que si veías por ella se veía todo gris, esto realmente parecía una sala de aislamiento como una de prisión.
     -Uhm, ya debe ser como Miercoles, no tengo mi teléfono ni nada por el estilo, pero calculando supongo que es Miercoles. -Pensé.
     Seguido por otro pensamientos recordé que mi mamá volvería el jueves, es decir mañana y Sam el viernes. ¿Que haría? llenando mi cabeza de pensamientos y formas de como salir de aquí alguien me interrumpió golpeando la ventana pequeña, o más bien la única ventana que había.
    En cuanto dirigí mi mirada hacía el pequeño cuadrado de vidrio sobre la puerta de este lugar, alguien dijo...

-Tú, tú, ven aquí. -Dijo una voz desconocida, me abrió la puerta un poco antes de coger mi brazo para levantarme y que vaya a quien sabe donde.
-¿A donde me llevarás? ¿Dónde estoy? ¿Como rayos llegué aquí? -Dije algo desesperada, intentando no sonar loca por que supuse que si hacía las cosas mal iba a terminar 3mts. bajo tierra.
-... -El tal desconocido, optó por quedarse mudo, callado, en silencio, no sé si para dejarme intrigada o solo porque era algo tan horrible que no tendría que decirlo.
      Yo también opté por quedarme en silencio por la mínima duda, en eso, entramos a una habitación algo grande. De un momento un olor no tan agradable entraba por mis fosas nasales y de un momento para otro caí en un profundo sueño.

      Cuando desperté, raramente estaba atada a una silla, lo primero que hice fue abrir mis ojos como dos platos y mirar a mi alrededor, estaba sola, en la habitación en la que recordaba haber entrado antes.

       -Irónico. -Pensé. Antes de llegar aquí estaba atada a la sociedad y a la depresión, ahora me encuentro atada a una silla.

        Desviando mis pensamientos, asustada, intenté des atarme de la silla, pero fue imposible. En eso, alguien, un desconocido, vestido de color negro, con una capucha en la cabeza por lo que la cara no se le veía.

-Hola cariño. -Dijo el tal desconocido en tono seductor y amenazador, acercándose hacía mí y tocando mi rostro.

-...- Me quede en silencio, moviendo mi rostro para que el desconocido no me toque.

-Quédate quieta. -Aclaró el desconocido un poco antes de coger mi cara para que no me mueva. Le hice caso por mi propia seguridad.

En eso, este chico, señor, lo que sea, me desato de la silla y casi me arrastro por el suelo para llevarme a otra habitación. Esto va de habitación de habitación.

-¿A donde me llevas? ¿Por qué estoy aquí? -Dije desesperada, clavando mis talones en el suelo para dejar de deslizarme por ese.

-Debías haberlo pensado mejor antes de subir al carro de un desconocido. -Me susurro en el oído, provocando que mi piel de erizara.

Me quedé en silencio, ahogada en miedo, torturándome con mis propios pensamientos, diciéndome a mi misma que esto me pasa por subir al carro de ese chico, que las apariencias engañan, que ahora quizás en un solo minuto moriría.

Cuando entré a la habitación vi una cama; era algo dura, de hierro y con un colchón blanco con unas manchas de suciedad. Mirando a mi alrededor logré captar unas manchas rojas en el piso, rogando en mi mente que sea pintura, me ató manos y pies con sogas a cada extremo de la cama y me acostó sobre ella.

El secuestrador, desconocido, desapareció y yo no dudé en intentar des atarme para escapar.

-Joder, me han secuestrado dos veces ya, esto es una locura ¿A quien le sucede esto? ¿Por qué a mí? Estos mis días por supuesto; no eran. 

      En seguida, interrumpiendo mis pensamientos, el desconocido apareció por la puerta, entrando con unas tijeras en su mano, pensé "Oh no". En eso, jaló de mi sudadera blanca y empezó a cortarla por la mitad poco a poco, mientras lo hacía yo intentaba moverme para evitarlo, pero dejé de hacerlo cuando sentí un corte en mi estómago.

     Dejando mi estómago al descubierto, para que solo quede en mi brasier rosa, desvié mi mirada hacia mis muñecas las cuales estaban con sus vendas, los cortes estaban aún ocultos, por suerte.

     Luego empezó a cortar mi jean, al fin y al cabo, terminé en ropa interior, la cual protegía las partes más dañinas de mi cuerpo.

     El desconocido, empezó a tocar mi estómago, entonces todo quedó claro, iba a ser violada. Intentando moverme para que no pueda tocarme lo suficiente o llegar a cumplir su propósito, no pareció funcionar, cuando estaba él des atando mi brasier rosa, casi por dejar mis pechos al aire, alguien entró por la puerta, causando un fuerte sonido y haciendo que el secuestrador, me suelte y se gire para ver quien lo había interrumpido. Al soltarme, me dejó cubierta, nada de mí se veía, exepto mis piernas, brazos, estómago, pero bueno, saben a lo que me refiero.

      Intentando ver quien era el que había entrado, sentí un alivio gigante que recorrió cada centímetro de mi cuerpo descubierto al ver que tenía una chaqueta que decía "FBI".

     Aliviada, quedé mirándole  al secuestrador y viendo como le ponían unas esposas grises y se veía duras, lograba ver desde aquí el dolor de el puto desconocido cuando le ajustaron las esposas.

    Un oficial vino hacía mí, me dio una manta y fuimos hacía la patrulla.

    Sentada en el asiento trasero, asustadiza, tomando una taza de café caliente los policías comenzaron a interrogarme, algo angustiada, asustada, todo al mismo tiempo, logré terminar de contarles lo que había pasado y como había llegado allí. Ellos me dijeron que quien me secuestró la segunda vez, fue quien lo hizo la primera, casi cumple con su propósito pero por suerte, aún soy virgen.

    Sentada en el asiento trasero, mirando por la ventanilla hacía afuera comencé a imaginarme cosas muy estúpidas, feas y lindas, de todas formas ninguna pasaría.


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Hola :) este fue el segundo cap de mi novela ''Story of my life" Espero que les haya gustado y bueno ah

Si dejan un voto y/o comentario se los voy a agradecer mucho 


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Story of my lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora