🌑bêbado🌑

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La ambulancia llegó a urgencias, citaron a los mejores especialistas para tratar al chico desconocido después de ser arrollado.

Law corrió al quirófano para tratar al joven tras recibir la orden de operar la columna del jóven, algo perfecto para mantenerlo ocupado.

Leyó con cuidado sus datos y al parecer no había ningún nombre ni ningún parentesco con alguien, su única información era pelinegro, tez morena, hasta ahora sólo fracturas, en un brazo y que estaba en urgencias para recibir una operación en la columna.

Sería una noche larga para él.

(...)

Zoro corrió por la multitud, con el corazón al tope, la adrenalina recorria su ser, haciendo que su cuerpo arda, al llegar y ver a los paramédicos recogiendo el cuerpo quedó paralizado.

La pesadez en su cuerpo se disipó, ese no era su Luffy, le dio alivio pero sintió lástima por el señor o señora. El moreno siguió caminando en búsqueda del otro.

No negará que está a minutos de llamar a los hermanos del Monkey y decirles la situación, sacó su móvil del bolso de su pantalón, al tomarlo su teléfono comenzó a vibrar y sintió un alivió, era Luffy el cuál hizo su llamada.

—Luffy— habló exaltado Zoro a través del móvil, estaba asustado.

—¡Hey Zoro! ¿qué tal?—

En cuanto Zoro escuchó el sonido de fondo

(...)

Zoro llegó al bar nuevo donde le indico Luffy después de pasarse la calle un par de veces, se adentro al lugar de luces neones.

Podía sentir el olor del cigarro en el ambiente, hasta que lo observo su corazón se tranquilizo. Luffy se encontraba en una mesa del fondo, se veía sólo y muy alcoholizado.

Con cuidado pasó en el ambiente neón, se acercó al pelinegro y con una voz tranquilizadora y aliviada se dirigió a él.

—Luffy, me habías metido un gran susto— se sentó a su lado después de hablar.

El otro desprendía un olor a trago, su mirada lucía tan perdida y la mesa con la bebida le hizo saber que no estaba en su cabales, la poca cordura que le quedaba tal vez la ocupó solo para llamarlo.

—¡Oh! Zoro llegó, anda bebamos algo juntos— su voz sonaba tan desentonada.

Algo en su interior se revolvió a ver a Luffy así, sudado, olor a tabaco y diferentes licores, por el amor de Dios, Luffy, su Luffy nunca bebía, tenía miedo a que se volviera un dipsómado por culpa del Trafalgar.

—No beberé nada y tú no ingieras ni otra gota, te puedes matar— hablo molesto mientras alzó la mano para que tomaran la cuenta.

—Yo invito, anda— sonrió intentando convencerlo.

Zoro sólo negó con la cabeza, su mirada denotaba determinación a que no se quedarían ni un minuto más en el bar. La música fuerte de fondo agotaba más su paciencia, sentía que le revientan los tímpanos.

Después de unos minutos Zoro pago la bebida y sacó a Luffy a rastras del lugar, el pelinegro lucía molesto de que lo hayan sacado de ahí.

El lugar estaba tan sólido, Luffy iba recargado en su espalda diciendo incoherencias, hasta que pararon.

—Me siento mal Zoro—

Su voz no era la misma animada de siempre, se veía tan enfermo y vomitaría en cualquier segundo, Zoro lo sabía por dos razones, la bebida ya estaba causando estragos como a cualquiera que se haya pasado y el sonido, el hedor del líquido que caía a su lado. Era asqueroso oírlo, olerlo incluso sentir lo caliente que salía al haber salpicado en sus pantalones.

Sol e Lua Donde viven las historias. Descúbrelo ahora