𝑨𝒍𝒕𝒂𝒓 es una recopilación de One-hot picantes, imágenes, imagines y otras sabrosuras de Choso, prácticamente es como un altar bien rarote , si, tengo que admitir que soy una enferma pero quién no lo esa en el maravilloso mundo de Wattpad?
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Ambos estaban sentados uno frente al otro en su cama compartida. Choso tenia una expresión que sólo puede describirse como mortificada en su rostro
"¿Quieres qué ?"
murmuró con la cabeza mareada, pensando que no te había escuchado bien. Suspiraste, toda la confianza necesaria para sólo poder repetirlo.
"Choso, ¿puedo-?"
Resoplaste al darte cuenta de que él no lo escuchó mal la primera vez.
"¿Me dejarías chupar tu... pecho ?"
Choso sabia de la estimulación del pezón, de cómo ésta puede proporcionar algo de placer. Aunque él mismo no lo había explorado, al principio sólo decía que sí para no avergonzarte.
"Noveo por qué querrías hacerlo".
Murmuró para sí mismo mientras se quitaba la camiseta, te acercaste más a él, extendiste tu mano y pasaste tus dedos por encima de uno de sus pectorales.
“El otro día descubrí que algunos hombres tienen pezones muy sensibles".
Sonreíste, pasando el pulgar por el pequeño pico. Alzando los ojos y viendo cómo su expresión permanece sin cambios.
“¿Y si los míos no lo son?”
Miró tu mano exploratoria y alzó una ceja mientras la pasabas ligeramente. Sonreíste
"No hay nada de malo en registrarse".
Con un zumbido, presionando tu dedo índice y medio a cada lado de su pezón en ciernes. Pellizcándolo ligeramente entre los lados de tus dedos mientras se movía suavemente.
"¿Cómo se siente?"
Susurraste, dirigiendo tus ojos a su expresión que parecía ligeramente perpleja. Choso sintió un hormigueo en sus mejillas, no por la acción en sí, sino por ver ese pequeño brillo en la forma de tus ojos y lo asombrado que estabas de que se volviera firme entre tus dedos.
Choso se movió ligeramente, sintiendo tus dedos pellizcarse suavemente. Una pequeña sonrisa se formó en su rostro cuando sintió el pequeño pellizco enviarle un cosquilleo por su columna. Choso frunció el ceño
"Nosé... ¿raro?"
murmuró, haciéndote mostrar una sonrisa vertiginosa. Sacaste tus dedos de su pecho y los pusiste en tu boca. Sólo la acción confundió a Choso, ya que pediste mamar y realmente no entendio de qué se trataba esta acumulación.
"Como-" te burlaste, colocando tus dedos húmedos sobre su pezón. “¿Un raro bueno o un raro malo?” Sonreíste, viendo sus labios abrirse mientras hacías rodar su firme pezón entre tus dedos.
Respondiendo a tu pregunta sin palabras, dejó escapar una pequeña exhalación que tomó la forma de un gemido cuando lo pellizcaste ligeramente.
“¿Esesto lo que sientes tu?”
resopló, sus mejillas comenzaron a sonrojarse mientras su polla saltaba en su sudadera.
Sonreiste al ver que tus esfuerzos dieron sus frutos en la forma dócil en que hizo esa pregunta.
"A veces-" tarareaste dulcemente, viendo cómo sus hombros se estremecían. “¿Puedo ponerle la boca encima ahora?” Sonreíste, Choso inclinó la cabeza, sin querer que vieras la expresión que se formaba en su rostro.
"Si quieres."
Murmuró, enderezando su espalda y plantando sus manos detrás de él, empujando su pecho hacia ti mientras miraba hacia un lado. Casi dejaste escapar una risita lasciva por lo tímido que parecía, pero te contuviste. No querías avergonzarlo más de lo necesario.
Te apoyaste sobre la parte posterior de tus pantorrillas, colocando tus manos a los lados de sus costillas mientras él inhalaba. Consciente de lo que se avecinaba pero sin saber cómo se sentiría.
Con una sonrisa, te inclinaste y le besaste la sien: "¿Quieres que te masturbe también?" le susurraste al oído mientras arrastrabas tu mano hasta su pezón descuidado. Ser capaz de ver su polla cobrando vida debajo de su sudor mientras rozabas tus dedos contra el otro.
La forma en que Choso pronunció tu nombre hizo que pareciera que acababas de decir la cosa más sucia que jamás había escuchado, rozando ligeramente su cogollo no estimulado, haciendo notar que aunque al principio puede que no sienta mucho, cuanto más juegas con ellos, más sensibles se volvieron.
"Sólo quiero ayudar", sonreiste, mirando el bulto prominente en sus pantalones, "pero si no lo quieres~", bromeaste, haciendo rodar el brote endurecido entre tus dedos.
"Solo-"
resopló, sintiendo cómo hacías rodar el capullo entre tu pulgar y tu dedo índice
"Solono digas cosas así- "
Logró decir, sintiendo un pequeño beso presionado en su cartílago antes de que los arrastraras por su cuello dejaste ligeros rastros de tu saliva en la curva de su pectoral, mirándolo mientras jugueteabas con su otro pezón
"¿Eso es un noo...? " Sonreíste contra su piel, pudiendo sentir los latidos de su corazón contra tus labios.
Choso se tomó un minuto para pensar en ello, tu boca supcionaba su pezón y tus dedos estimulaban al otro, lo que hacía muy difícil pensar en este momento. Le diste una sonrisa contra el pequeño rastro de saliva que brillaba en su pecho, "¿Crees que puedo hacer que te corras con solo chuparlos?" Ahí fuiste otra vez diciendo cosas que hicieron que Choso soltara un suspiro.
"No, probablemente no"
murmuró con los dientes apretados
"probablemente será frustrante intentarlo".
Terminó, sintiendo cómo tarareabas contra la curva de su teta. Tomaste esa declaración y comenzaste a deslizar tu mano por su torso, manteniendo la otra plantada en la cama mientras hundías tu mano en sus pantalones, agarrando su miembro y ayudándolo.
Lo miraste a los ojos y se te hizo agua a la boca al pensar en lo tierno y maleable que se sentiría su pezón en tu lengua. Junto con el primer golpe en su polla, trazaste la punta de tu lengua alrededor de su pezón ligeramente hinchado. Los labios de Choso dejaron escapar involuntariamente un gruñido ahogado mezclado con un gemido.
Aunque se necesita más tiempo para que llegue a ese punto de gemido, valdra la pena cada maldito segundo.
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