LOUD & POSSESSIVE

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RUIDOSO Y POSESIVA.

— ¡Antonella, ese tweet no me gusto!

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— ¡Antonella, ese tweet no me gusto!

La voz de Fanny imitaba el regaño mientras las dos amigas iban sentadas nuevamente en el vehículo familiar de los Venegas.

— Cállate hija de puta, mamá no tenía que ver eso.

La mayor de las dos se quejó mientras tomaba lo restante de su seltzer para luego tirar la lata vacía en una bolsa de basura. El conductor miró por el retrovisor como ambas chicas ya iban riéndose gracias a todos los "preparativos" antes de la fiesta, este solamente suspiro con nostalgia.

— No se excedan de más, peques. — Advirtió el señor de tercera edad por lo cual las dos jovenes asintieron para hacerle sentir bien.

Estaba claro que las dos no le harían caso y él lo sabía a la perfección, no por nada había trabajado toda su vida con la familia. Era sorpréndete para él ver cómo antes llegaba a traerlas del jardín de infantes y ahora las llevaba a salidas de aquella magnitud.

— ¡Chau, viejo! ¡Te llamamos cuando no aguantemos más los pies, te queremos! — Fue lo que Antonella gritó mientras se bajaba de la camioneta seguidamente de Fanny.

La casa estaba a punto de estallar, el chico que había organizado la fiesta "secreta" se había superado al utilizar la casa de campo de sus padres. Grandes grupos de personas se agolpaban alrededor del lugar, y desde afuera se podía ver lo abarrotada que estaba.

Las dos chicas se miraron emocionadas y corrieron hacia la entrada para recibir su pulsera de entrada y una lata de cerveza. Lo único que tenían en mente era pasar un buen rato rodeadas de desconocidos.

O eso era lo que habían planeado antes de encontrarse en la puerta a Juani, con Pipe a su derecha y Blas a su izquierda. El grupo de jóvenes se quedó mirando con sorpresa cuando la figura de Antonella se tropezó con la de Blas, haciendo que los demás se pusieran a la defensiva por un microsegundo.

— ¡Tranquila nena, la fiesta no desapa. . . ¿Fanny? — Pipe fue el primero de hablar de los cinco.

Juani apartó la mirada del celular para observar a la mencionada que sonreía enormemente al ver al grupo de chicos, por su parte Blas y Anto se disculpaban por el pequeño accidente que habían tenido.

— ¿Qué haces acá, princesita del twitch? — Juani pregunta ganándose un manotazo de la castaña en la cabeza.

— En lo mismo que vos, tarado. — Menciona mientras van entrando, la música siendo muy alta que les obliga a empezar a gritar. — ¡Anto descubrió la fiesta y decidimos venir!

La multitud era abrumadora para lo que se suponía que sería un evento pequeño y exclusivo, pero a ninguno de los presentes parecía importarle. Se abrieron paso juntos en busca de la cocina o del lugar más cercano donde estuvieran sirviendo alcohol. En medio de la multitud, se encontraron con un bar donde se agolpaba la gente cerca de las escaleras.

𝐃𝐎𝐍 ; Juani Caruso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora