cada vez que pienso y me acuerdo de vos
deseo que tu huida hubiera sido de tu cama a la mía
que ojala la lucha se hubiera reducido a quien cortaba primero la llamada
y no a este cansancio colmado de ojeras que a gritos piden que vuelvas
ojala podría verte cada invierno de mi vida
y vieras que con vos nunca tuve prisa
porque conocerte fue viajar y besar dulce y lento un día de invierno
lleno de frías escarchas por fuera
y de amor por dentro
ojala ahora estés sonriendo
y no te culpes ni te castigues
cambiaste vidas; la mía
pero no cambiaste destinos.