«Estando sin padre, sin madre, sin genealogía, sin tener principios de días, yo renací para ser tu peor pesadilla»
No sé quién me sacó de mi tumba, quién me arrastró cuando mi alma estaba acariciando el infierno. Esto no debería estar pasando. Este no es el final planeado. No tenía que estar ante ellos, sucia, adolorida, sangrando, derrotada. Me mantengo de pie, aunque puedo sentir la sangre caliente resbalar de mis muslos a mis pies. No dejan de reír mientras caminan rodeándome, en un ciclo continuo, analizando desde todos los ángulos posibles mi cuerpo. Sé en lo que piensan, y no entiendo porque aún no actúan. Una diosa, aunque rota, no deja de ser una diosa, ¿no es así?
Algo dicen, mas no me importa. Frente a mí hay un gran espejo que se ha agrietado debido a las explosiones. En él logro verme, tan deforme, tan fragmentada. La imagen de un fenómeno por el de una diosa. Por primera vez el reflejo muestra nuestra realidad, no somos más que monstruos en un eterno carnaval, monstruos con una máscara de «humanidad». Solo que esta vez el monstruo más terrorífico debía ser yo. No derramé tanta sangre por nada.
Escucho los gritos de afuera, las explosiones, los edificios que se quiebran como galletas. Alguien dice que hay que matar ya a la bruja. No me importa morir, es lo que quería, me habría ido tranquila, pero ellos ya no están, lo sé. Y no puedo dejar que se vayan en vano. Él me dijo que cuando todo acabara yo al fin podría disfrutar de la vida. ¿Pero cómo hacerlo si no estás? ¿Cómo hacerlo después de todo lo que hemos hecho? Pregunté. Su respuesta fue: olvida.
El maldito pequeño frasco con su líquido turquesa, del que solo queda la mitad del contenido, está aquí, colgando en mi cuello, como si fuera mi amuleto de la suerte; la realidad es que a veces siento que mi más gran error fue haberlo bebido.
«Si deseas saber quién eres, da un primer sorbo; si la verdad es demasiado para ti, da un segundo sorbo y olvidarás que esto nunca ha sucedido»
Olvidar. ¿Quién soy yo para gozar de tan magnánimo beneficio? Jamás estuvo en mis planes beberlo, aunque, tampoco he podido botarlo. Olvidar, quise hacerlo en el mismo momento que bebí ese maldito líquido y nuestro destino se dibujó en mi mente y se tatuó en mi corazón, sin embargo, no pude hacerlo, por ellos y por ti me obligué a enterrar aquellos sentimientos que jamás debieron existir. No, no quiero olvidar, ni debo hacerlo. Mis monstruos murieron y no lo harán en vano. Mi historia no será igual a la de mis padres.
La puerta se abre, supongo que llegó mi verdugo; le tengo malas noticias, he decidido no morir. Arranco el frasco de mi cuello dispuesta a derramar su contenido, pero siento a los idiotas a mi alrededor postrarse rodilla en tierra. ¿Acaso...? Levanto la vista de inmediato. Claro... Claro que tenía que ser él, la única razón por la cual casi bebí el líquido turquesa de vuelta. La prueba evidente de que Satanás yace en un cuerpo de ángel.
No importa lo que sienta, debo matarte. Lo trágico es que sé que también sientes lo mismo.
Nota de autor: Esta novela se va a contar desde dos perspectivas la de Zenya y la de Teus, ambos están en dos polos opuestos de la historia, por ello tendremos dos capítulos cero, uno de Zanya, otro de Teus, que en realidad suceden en un momento cumbre de la historia y nos dan un adelanto de lo que pasará en los capítulos finales. Posteriormente sí iremos con capítulos intercalados en dónde narrará uno u otro lo que están viviendo en este país distópico que es Ventrol.
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The awakening of the freaks
Ciencia FicciónEn un país gobernado y habitado por delincuentes la guerra la ganará el monstruo más fuerte. Zenya ha crecido junto a su hermano en el gran palacio de los hijos de luz, rodeada de lujos y atenciones. A la víspera de su cumpleaños número 16 recibe...