Juani y Esteban eran hermanos, juani por supuesto era el menor de ellos siendo el consentido de Esteban aunque también medio rompe pelotas con el mayor.
Ambos hermanos tenian una fijacion por su vecina, la cual era profesora particular de inglés, daba clases en su casa a cualquier hora de la tarde y como Juani todavía iba a la secundaria aprovecho el momento como el mejor pidiéndole a su hermano mayor si lo podía llevar a las clases que daba su vecina.
El más grande sabía de que se trataba, también sabía lo mucho que le gustaba a su hermano aquella vecina de ojos color celestes y pelo negro. Esteban pidió el turno para que su hermano vaya a tomar las clases, obviamente iba a estar presente con la excusa de "Juani es menor, ¿puedo estar ahí mientras toma las clases?" Claramente su vecina dijo que sí.
A todo esto Maria, su vecina, se sentía bastante atraída por ambos hermanos, eran atractivos cada uno de distinta forma pero ambos daban el aura de sensualidad y carisma que tanto le gustaba a ella. Un viernes a las 3 de la tarde ya estaba lista para poder recibir a ambos vecinos, sin tener en cuenta lo que ambos chicos tenían planeado para ella aquella tarde.
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Por suerte juani entendía de maravilla, pudimos resolver varios ejercicios y avanzar bastante explicándole temas un poco más avanzados. En toda la hora y media que pasamos podía sentir la mirada de ambos sobre mi cuerpo, juani distrayendose en el escote que traía y su hermano sentado en el sillón de mi comedor mirando mi cuerpo de arriba abajo mientras relamia sus labios. Trague duro dando por finalizada la hora, levantándome de la silla.
— Terminamos por hoy, juani, lo hiciste excelente. — sonreí levemente cerrando el cuaderno viendo como el mayor se levantaba del sillón.
— Sabes que tengo un problema, Maria. No tengo como pagarte la clase, no aceptas otro método de pago? — preguntó interesado, habíamos quedado en que el pago sería por efectivo y lo mire asintiendo.
— si obvio, transferencia. —
— No es que eso no puedo tampoco, otro método de pago no podes? Yo puedo pagarte con lo que sea. — el menor de los hermanos se acercó por detrás mío, agarrando mi cadera pegandola a él mientras el mayor agarraba mi barbilla haciendo que lo mire fijo. — ¿aceptas, hermosa? — juani repatia besos húmedos por mi cuello haciéndome temblar levemente aun manteniendo mi mirada con la de Esteban.
— Si, me encantaría éste método de pago. — inmediatamente el mayor se me pegó, nuestros labios se unieron y nuestras lenguas empezando a jugar entre ellas, mientras el bulto del menor se restregaba por todo mi culo cubierto por un Jean ajustado.
Poco a poco la ropa de los tres fue desapareciendo quedando ahora yo sobre la mesa tirando cuadernos y lápices al piso sin importar mucho, Esteban estaba entre mis piernas disfrutando como si se tratara de un helado de húmeda vagina mientras con mi diestra masturbaba la dura pija de juani, pasando mi pulgar por la punta húmeda, mis gemidos se escuchaban por toda la casa y mis piernas temblaban de sobre manera por la forma en la que movía su lengua.
