𝐆𝐇 [𝐨𝐧𝐞𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 ]

𝟕] 𝑩𝒂𝒖𝒕𝒊𝒔𝒕𝒂

warning : fluff/ un poquito angst.

Estaban en la prueba semanal, se trataba de un juego de resistencia. Habías soportado aproximadamente dos horas en la actividad en una posición incómoda, luego, por un estúpido error quedaste afuera. Hasta ese momento era solo tu parte competitiva enojándose contigo, pero luego de la voz de gran hermano mencionando que quedaste afuera, escuchaste una segunda voz.

"Qué boluda ésta, no hace nada bien".

Estabas cansada, con hambre, calor y como frutilla del postre, estabas a días de indisponerte, por lo que tus emociones estaban a mil por segundo. Tomaste una bocanada de aire, pretendiste no haber oído nada y caminaste afuera del zum, dejando a Agostina y Licha.

En el pasillo te encontraste a Bauti que te esperaba con los brazos abiertos, "Bien ahí bo, aguantaste un montón".

Le diste una pequeña sonrisa y te dejaste enredar por sus gigantes brazos.

"No lo suficiente", dijiste contra su pecho.

Él acarició tu cabello levemente, "Na, no importa. Casi dos horas estuviste, ni yo aguante tanto".

Soltaste una pequeña risa, él continuó "¿Querés que tomemos unos mates?"

Suspiraste separándote y mirándolo desde abajo, "Más tarde capaz, me quiero bañar ahora".

Fingió una expresión de tristeza y puso las manos sobre tus hombros, "Bueno, te tomo la palabra eh".

Te entraste a bañar, trataste de despejar tu mente. Sabías que todo logro de relajación luego se iba a esfumar al ver el rostro de aquella persona que te insultó. Esa era su personalidad, ser brusca e insensible, pero así también ésta era la tuya, ser un poco extra sensible. Además, tantas horas gastadas para un logro personal y que te terminen insultando sin sentido, era feo. Y sin poder evitarlo soltaste algunas lágrimas en la ducha.

Saliste con una toalla envuelta en tu cuerpo con tu ropa interior puesta y fuiste al cuarto de las chicas. Buscaste una remera over size, pero sentiste que te faltaba algo.

Fuiste entonces en busca de Bauti, lo encontraste en la mesa hablando con Furia. Desde el marco del pasillo le hablaste, "Bau, ¿tenés tu buzo?"

Él te mira pensando lo hermosa que te veías con tu cabello mojado y camiseta que dejaba ver tus doradas piernas debido al sol. Con una sonrisa dijo, "Si decís por el negro, lo tiene Rosi".

Sin poder evitarlo, sentiste tu pecho apretarse. Aquel buzo lo usaron todos alguna vez en la casa, pero en el último tiempo venía siendo solamente tuyo. Él explícitamente te lo había dicho una vez que estaban acostados en la cama charlando cuando le mencionaste lo genial que era ese buzo.

Sabías que de todas formas tu estado emocional no era causado solo por el buzo, sino el conjunto de situaciones negativas que te venían sucediendo en el día. Esta era solo otra gota más.