STARVING

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Jeongguk, de quien había descubierto el nombre al poco tiempo de guiarlo por los pasillos hasta su colección privada, observaba la pintura con el ceño fruncido y un puchero, casi imperceptible, en los labios, pero sus universos brillaban con tal intensidad, que él supo que llevaba en sus ojos al amor, sin duda, embelleciendo cada trazo en el que se posaban; Taehyung, se quedó en silencio temiendo interrumpir y perder el resplandor de su mirada, cuando de pronto el entendimiento le golpeó el pecho con tanta fuerza que se quedó sin aliento.

Mientras apreciaba cada imperfección, cada mueca, cada lunar en el rostro contrario, se dio cuenta de que estaba cayendo; aunque para él, no era extraño caer de un momento a otro, obsesionarse hasta la locura, proteger sin moralidad, sentía un retortijón en el estómago, un desagradable dulzor en la garganta, unas ganas infames de poseer.

"Ya no soy ese hombre." se repitió, antes de aclararse la garganta, sacando al cervatillo de sus pensamientos.

—¿Qué le parece?

—No es muy Monet. —se sorbió la nariz y parpadeó unas cuantas veces para apartar las lágrimas. Lagrimas. Taehyung no había notado la humedad en sus ojos, que tonto y despistado—. Me ha gustado, Vante.

Taehyung observó su propia obra con detenimiento; retrataba una historia, una metamorfosis con final felíz, pero que no todos podrían comprender a simple vista, había que vivirla para entenderla.

Un joven convertido en serpiente.

"¿Puedes verlo, Jeongguk?"

—¿Le gustaría llevarla a casa? —preguntó en cambio, sosteniendo la mirada de su cervatillo con interés.

—Tal vez.

—Si gusta, podría empacarla para usted. Aunque tengo un par que creo que podrían gustarle-

—No. —lo interrumpió sin vergüenza—. En otro momento, ahora no.

Y a Taehyung no hizo más que asentir.

—Tiene un estilo de arte único, Vante. —continuó—. En mis quince años dedicándome a este rubro muy pocas veces me han logrado impresionar.

—¿Es usted un crítico, Jeongguk?

—Soy un académico, pero no se es el uno sin el otro ¿Entiende a lo que me refiero?

"Sí, joder, sí."

—Por supuesto.

Aquellos luceros brillaban con agudeza y Taehyung se sintió expuesto.

"Me ves."

Era visto, por primera vez en años era visto por alguien y eso lo descolocó, el traje de persona parecía estarse desvaneciendo por voluntad propia, dejando ver apenas un atisbo de oscuridad en su mirada.

Y Jeongguk sonrió.

"Y yo te veo a tí."

El cervatillo escapó de las garras del tigre apenas pasadas las seis, con la promesa de volver por el cuadro que lo había dejado abatido –palabras suyas–, pero poniendo una absurda excusa que Taehyung reconoció como mentira, aunque trató de no tomarle tanta importancia, dado que él mismo no era la persona más sincera del planeta.

Decidió no salir de su estudio el resto de la tarde, sintiéndose demasiado consternado por sus propias emociones, siempre apacibles y serenas, pero que ahora parecían hacer un alboroto en su pecho. Se sentó en su escritorio con una copa de vino tinto y observó su computador por lo que parecieron horas, indeciso por tocar las teclas, pero demasiado ansioso como para evitarlo.

Le dio un último trago a su copa, antes de escribir:

"Jeongguk, profesor de artes."

Para su sorpresa encontró bastante información. Demasiada.

"Te tengo."

Artículos enteros hablando sobre el dramático descenso de una brillante estrella en crecimiento, foros de aficionados al ballet dónde discutían los posibles motivos por los cuales había abandonado su pasión; Jeon Jeongguk –apellido que descubrió en el primer artículo– era casi una celebridad en el gremio artístico en esa parte del mundo. Taehyung se sintió estupido por no conocerlo, siendo él un académico en las artes, era una vergüenza no haber reconocido a tan magnífico ejemplar.

Vagó de pagina en pagina, de articulo en articulo, alimentándose y bebiendo de Jeongguk, alimentándose de toda la información posible hasta sentirse saciado, cosa que, al parecer, no ocurriría pronto. Pero su consumo se vio interrumpido cuando un título llamó su atención.

"Mayerling, bedroom pas de deux. Jeon Jeongguk (Ballet)"

No lo pensó mucho antes de dar click en el video.

Un escalofrío le recorrió la espina dorsal y la boca se le secó apenas el primer plano se mostró en pantalla. Conocía la historia detrás de ese ballet, la trágica historia de unos amantes perversos que culmina con el suicidio de ambos.

Pero la mente de Taehyung era tramposa, una maldita máquina capaz de almacenar información en cuestión de segundos y tergiversar imágenes, cambiar formas, colores y personas, y..., y ahora Maria no era interpretada por una joven preciosa, sino por el mismo Jeongguk, y Taehyung, a pesar de nunca haber pisado un escenario, se encontraba personificando a Rudolf, sosteniendo el frágil cuerpo de su cervatillo con ambas manos en una danza erótica, podía sentir la tersa piel de sus brazos bajo sus dedos, el calor de su aliento contra su propia mejilla, el éxtasis al sentirlo sobre sí, llegando a un clímax ilusorio al saberlos destinados a estar juntos y morir del mismo modo.

No se dio cuenta cuando había empezado a tocarse, ni cuantas veces había repetido la misma secuencia.

Jeongguk. —saboreó su nombre al gemirlo en voz baja, mientras continuaba acariciándose por debajo de la ropa; se sentía sucio, como un jodido animal guiado por el instinto. Hacía años que no se sentía tan extasiado, tan maravillado por la sola imagen de una persona, una persona la cual apenas había tenido el placer de conocer.

Se sentía hambriento.

La imagen de Jeongguk moviéndose tan magníficamente sobre el escenario llenaba sus pupilas y lo dejaba con ganas de morder, sus lengua picaba por saborear la piel expuesta y, joder, estaba enloqueciendo.

Desabrochó sus pantalones para poder acariciarse con mayor libertad; su mano se movía de arriba a abajo con rapidez, cada tanto apretando la base y delineando la punta con su pulgar, su mirada estaba fija en la pantalla, imaginando que era él quien sostenía a Maria en el cuerpo de Jeongguk, que era él quien lo acariciaba y maleaba a su deleite; y cuando Maria apuntó el arma contra Rudolf, se pudo ver a él mismo a punto de ser liquidado por su cervatillo y solo pudo gemir al llegar al punto más alto del clímax, con el nombre de Jeongguk raspando su garganta.

Estaba enfermo.

Y quería más. 

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⏰ Última actualización: Sep 29 ⏰

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