Dennis estaba sentando en un rincon junto a la tina, no recordaba muy bien el por qué de que estaba en el baño, pero le daba igual. Había un hueco en la puerta del baño, tenía dentro lo que parecían ser pequeñas cadenas moviéndose y enredándose entre sí.

Se levantó del suelo y fué hacia el lavamanos, estaba sucio. El blanco apenas se distinguía entre las manchas de suciedad, las cuales eran de colores apagados, alegres para Dennis.

Tres toques en la puerta principal llamaron su atención. Salió del baño, arrastrando por el suelo lo que lo mantiene de pie. Preferiría tener palos en lugar de pies, son más cómodos.

Se asomó por debajo de la puerta, viendo un par de zapatillas, blancas y desgastadas. Probablemente sería algun asesino que eligió una puerta al azar, la cual resultó ser la de Dennis. El peligro siempre estaba presente.

⎯ Contraseña.⎯ Dió la orden mientras se ponía de pie frente a la puerta.

⎯ ¿Qué contraseña? Vamos, abre.⎯ El rostro azul claro y las hebras doradas contrastaban del otro lado de la puerta, siendo observadas por el de deseos raros.

La puerta se abrió, y el rubio entró como si estuviera en su casa. Vestía unos jeans holgados y rectos, de un color negro desgastado. La camisa blanca no aportaba mucho a la observación.

⎯ ¿Vamos a la casa de los Deadman?⎯ Los lugares abandonados eran frecuentados por el grupo de raros y normales.

⎯ ¿El resto irán?

El rubio asintió, entrando en la cocina, dejando atrás a su amigo. Todas las paredes eran de color gris, excepto las de la cocina, esta era el lugar más colorido del departamento.

⎯ Nos matarán si salimos todos juntos...⎯ Tenía la cabeza gacha, sin observar nada en especial.

⎯ Paranoico.⎯ Su tono de desprecio hizo efecto en el chico. Sus frias manos sosteniendo una taza de café, esperando a que el agua se caliente.

El teléfono fijo sonó, por lo que Dennis fue a la sala de estar y agarró el teléfono por el mango del mismo. Siempre se imaginaba que una bala salía del teléfono y le entraba por la oreja, dejandolo muerto.

¿Hola? Den, Lolo está contigo, ¿verdad?⎯ La voz femenina sonaba del otro lado de la linea, un poco nerviosa y timida.

⎯ Si, Natacha, ¿vamos a ir con los otros dos?⎯ Un dejo de decepción quedó en la afirmación que le daba a la chica.

Eeh, si, pero Keto está trabajando, así que llegará un poco más tarde, y Ciervo ya está en la casa.

⎯ Bien, ¿por qué preguntabas por Lolo?⎯ Dennis interroga con desconfianza.

Porque llamé a su casa y no contestó.

⎯ Está bien. Lolo tomará un café y saldremos enseguida.⎯ Colgó el teléfono y volvió con Lolo, quien ya se habia tomado su café.

Salieron del departamento juntos, bajando por las largas y antiguas escaleras del edificio, cruzándose con algun que otro vecino. Abandonaron el edificio, siendo recibidos por la molesta luz del sol y la fresca brisa del afuera.

Caminaron por unos diez minutos, y llegaron a la abandonada casa en ruinas de los Deadman. Entraron, encontrando a Ciervo sentado en un escombro.

⎯ Eh, ¿por qué tardaron tanto?⎯ Su voz sonaba molesta, y su mirada esquivaba las de los recién llegados chicos.

Al rato llegó Natacha, haciendo un saludo general antes de sentarse en el polvoriento suelo. Su cabello estaba atado en una coleta baja, y su maquillaje delataba que se había pintado la cara apresurada.

⎯ ¿Cuánto tardará Keto?⎯ Lolo ya estaba ansioso por la llegada de su mejor amigo.

⎯ No mucho.⎯ Keto le contestó con ironía, entrando al lugar para sentarse al lado de Ciervo.

El grupo rió un poco, mientras Lolo buscaba abrazar a su mejor amigo, el cual lo esquivaba con asco fingido. Bromearon con que eran novios, cosa que molestó a Ciervo, quien los llamó infantiles. La broma le dió igual a la dupla de mejores amigos.

Entre risas y comentarios, un ladrido los interrumpió. Todos se voltearon en dirección al ruido, viendo como un pequeño perro salia de entre unos escombros.

Natacha fue corriendo hacia el perrito, siendo alcanzada por Ciervo, que la frenó enojado. Keto se paró y caminó con sigilo para no asustar al perrito, pero Lolo, quien saltó sobre él, arruinó su intento por tocar al perro.

Entre las discusiones y los movimientos bruscos, Dennis caminó con flojera hasta quedar frente al perro. Se agachó para quedar a la altura del canino, y acercó una mano hacia este.

El perro olfateó su mano, temeroso, para luego acercarse con mas confianza a Dennis.

⎯ ¡Dennis! Dejame tocarlo.⎯ Dijo casi gritando Natacha, acercándose a ambos al igual que el resto.

El pequeño animal se dejó agarrar por el chico, el cual lo tomó entre brazos.

⎯ Tiene una pata quebrada.

Todos se quedaron en silencio, viendo como Dennis se paraba del suelo con el perro aún en brazos. Las miradas de lastima de todos se cruzaban entre sí.

Dennis miraba a los ojos al pequeño perro, decidiendo mentalmente adoptarlo.

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⏰ Última actualización: Apr 26 ⏰

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