Mañanas de pereza, noches de llanto.
Había desperdiciado su tiempo entre lágrimas que no resolvieron nada, sentía su cuerpo lánguido y blando. Su alma se sentía triste.Tiempo era lo que le sobraba ahora, pero lo que desperdicio antes. Jennifer pensaba demasiado en su vida anterior, había perdido tiempo en el trabajo de sus "sueños", una muerte tan repentina y a la mitad de su vida. Quizás estaba pensando demasiado.
A su alrededor había demasiados brazos que querían animarla, tan compasivos y amables.
Ojos afligidos al no comprender la fuente de su tristeza, pero Jennifer era incapaz de expresarla y aunque pudiese hablar.
¿De repente le diría a sus "nuevos" padres todo? ¿Eso no le ganaría un lugar en algún lugar desterrado?, o en el peor de los casos, ser encerrada en una habitación y ser una paria por decir locuras.Jennifer dejo escapar un pesado suspiro, removiendose con dificultad con aquel pequeño cuerpo y quedándose de lado. Clavo la mirada en su oso de peluche, era lindo, si.
Entrecerró sus ojos, su madre, no está... La de su antigua vida, le había dado un peluche similar.
Un amargo sentimiento la invadió recordando a su madre, ya no podría comer sus tacos, no podía abrazarla. No más. Su vida pasada se acabó en un parpadeo, de forma tan violenta y sin sentido.Sus ojitos se cristalizaron, pequeñas gotas resbalaban hasta que comenzó otro llanto. Lo común. Llorando por una vida pasada, por todo lo que dejó y se le arrebato.
¿Por qué aquel ser no le borro la memoria? ¿Por qué?Sentía su alma descender a una oscuridad y tristeza, ahogarse hasta que su carne se sentía fría y sus ojos enrojecidos dolían de tanto llorar. Una pequeña criatura endeble y frágil, se hundía en su llanto ignorando su entorno cálido.
Continuaría con su llanto, pero alguien se apiadó de su alma.Una hermosa mujer de cabellos cuál plata y piel oscura, arrullo a su cachito de corazón en sus brazos tratando de aliviarle. Ya más de 10 médicos la habían revisado en 2 meses, pero nadie hallaba la cura a sus males.
-¿Por qué lloras, pequeña mía?- su voz era tan dulce como la miel, sus pestañas se remojaron en lágrimas. -¿Qué te lastima a diario?, le pregunté a la luna y el sol. Pero nadie me ha dejado en claro nada.-
Pero los ojos de Jennifer permanecieron fuertemente cerrados, sus lágrimas eran limpiadas por los delgados dedos de su madre.
-¿Aún duele?- susurro a su pequeña, angustiada por su fuerte mueca y su negativa. Si pudiera ayudarla, su corazón no dolería. -Parece que fueras a romperte, pequeña mía.-
La acurrucó contra su pecho, cubriéndola con una manta y caminando alrededor del cuarto tratando de que hallará paz. La mujer comenzó a cantar una nana, pasada de madre a madre, tratando de calmarla.
El cuarto y el pasillo se llenaba de aquel canto, su intento de calmar a su hija, las sirvientas aguardaban con angustia. No era un secreto el sufrimiento de la hija menor del Rey, las nanas de la princesa rezaron al Sol.
El llanto de Jennifer ceso, abatida por sus propias emociones y su cuerpo débil. Una victoria para su madre.-¿El dolor ha disminuido?, me alegra, descansa.- beso su frente, sus ojos grises eran amables y llenos de amor. Sus pestañas revoloteaban como mariposas por las lágrimas. -Sana, hija mía.-
Jennifer durmió (no tenía más opción).
La reina la depósito en su cuna, dando palmaditas y dejando salir un suspiro. Se quedó unos minutos, saliendo de la habitación con el corazón tan pesado y un dolor en el pecho.Camino hasta su habitación, allí estaba su marido y sus otros dos hijos, aguardando noticias.
-¿Y bien?- dijo el Rey.
-La pequeña Ivy sigue igual, aún no encontré la causa.- la reina se sentó en el sillón, masajeando su frente. -Si pudiese entenderla...
-¿Los médicos no han detectado causas?- hablo la princesa segunda.
-Ninguno, todos han dicho que es una bebé bastante sana físicamente.- explico la reina con pesar. -¿Y si es un padecimiento más grave?-
-¿Algo relacionado a su mente?, es una bebé, había estado perfecta hasta sus 8 meses.- el rey odiaba sentirse impotente. -¿Mary, sabes algo más?
Mary.
Primera hija del rey y la reina, la mayor de las hijas.
Estaba sentada al lado de su madre, con ambas manos apoyadas en las mejillas y un libro en su regazo.-¿Un padecimiento relacionado a su mana?- Mary dijo, estaba tratando de buscar una explicación más allá de lo convencional. -¿Qué más podría ser?, podríamos llamar un mago o sabio.
-Esas medidas serían extrañas, la magia llega a los 3 años. El caso más excepcional eres tú.- dijo la reina. Pero se estaban quedando sin opciones. -
Las 3 mujeres dejaron salir un aire de decepción y pena, pero el rey se negaba a aceptar que su hija estuviese mal.
Pasaron días.
Un anuncio se extendió en el territorio, siendo el chisme de la alta sociedad cuál pólvora, todo sobre el estado anómalo de la hija más joven rey.
Llamaron sabios, dejando de lado la opinión de los médicos que no habían podido dar una solución a su problema.En las fiestas de té de las jóvenes y las más adultas de la clase alta, el tema era para cotillear por horas enteras pues el linaje real estaba en duda.
Pero los rumores no llegaban a ser más que eso, pues por dentro del núcleo familiar era fuerte y la información no se filtraba.
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La villana quiere bailar.
General FictionEstaba regresando de una jornada laboral cuando un suceso le arrebato la vida. Jennifer de 43 años perdió su vida en un parpadeo, después de tomar consciencia de que había muerto, hablo con lo que parecía... ¿Dios? Aquel Dios la envío a vivir una nu...