Digimon: El Maestro de Todas las Cosas.

Falla.

Izzy se aferró al pilar de concreto cercano para salvar su vida mientras el suelo temblaba y un edificio cercano desaparecía en un destello de luz. Apenas tuvo tiempo de procesar esta información antes de ver a SaberLeomon estrellarse contra otro complejo de apartamentos y aterrizar en otro edificio justo detrás de él.

'¿Qué está sucediendo?' Pensó Izzy para sí mismo, presionando su espalda contra el pilar. '¡¿Desde cuándo Pukumon podría hacer eso?!'

Revisó desesperadamente la información que había en su computadora portátil, pero no podía recordar nada acerca de que Pukumon tuviera este tipo de poder destructivo en bruto. ¿Tenía habilidades que no estaban en la computadora portátil? ¿O alguien más había entrado en la batalla?

Hubo un estallido de luz azul oscuro y el primer edificio quedó reducido a nada más que cenizas. Presumiblemente quien haya usado ese ataque pensó que SaberLeomon todavía estaba en ese edificio.

Izzy se escondió cuando una ráfaga de viento poderoso pasó disparado, alborotando su ropa y casi haciéndolo tropezar. Otra explosión más pequeña, a cierta distancia, le hizo girar la cabeza.

El niño observó cómo un campeón atraía a un par de Tankdramon hacia los escombros cercanos, donde Izzy podía ver desde su ángulo a los muchos otros que esperaban atacar a los máximos una vez que les dieran la espalda. Era un escenario que había visto varias veces en la última hora y habían logrado reducir severamente las fuerzas enemigas con tales tácticas.

En cambio, los dos Tankdramon se detuvieron y lanzaron una gran cantidad de misiles hacia el área circundante. Se levantó tanto polvo en el aire que Izzy no pudo ver lo que estaba pasando. Todo lo que podía oír era el sonido del fuego de ametralladora y el choque de metal contra metal mientras los dos grupos presumiblemente luchaban bajo el manto de polvo.

Vio a uno de los Tankdramon restantes disparar contra un par de Gladimon que huían a través de los escombros de la ciudad. Son balas que perforan hormigón y acero para golpear a los campeones sin piedad. En cuestión de segundos no eran más que datos flotando hacia el cielo.

De repente, sus instintos de supervivencia se activaron y apenas logró apartar la vista de la vista.

Izzy se aseguró de poner el pilar entre él y lo último, sabiendo muy bien las pocas posibilidades que tenía él solo contra un tanque monstruoso. Respiró pesadamente, una parte de él todavía sin poder creerlo. Habían pasado sólo unos minutos desde que la voz de Machinedramon resonó en todo el campo de batalla como una especie de dios oscuro, y desde entonces todo les había ido mal.

El enemigo se había vuelto más brutal en sus métodos, más pragmático. Simplemente atravesar toda cobertura potencial para que sus fuerzas ya no pudieran tenderles una emboscada, una hazaña que contribuyó en gran medida a la cantidad de devastación que reinaba sobre la ciudad desde el cielo.

Destruyeron estratégicamente su cobertura y obligaron al pequeño ejército de campeones a ir a los rincones donde esperaban más Tankdramon, con sus ametralladoras ya zumbando con el sonido de la muerte. Fingir una retirada para atraer a los tontos campeones que los seguían hacia su fuego.

En pocas palabras, había sido una matanza.

E Izzy no había podido hacer nada más que ver cómo sucedía.

Gennai no respondía por la radio, no lo había hecho desde hacía algún tiempo. Eso posiblemente significaba que Machinedramon había logrado bloquear sus señales de radio de alguna manera, o que Gennai ya no estaba allí para responder. Ambas posibilidades eran aterradoras.

Tampoco sabía dónde estaba su pareja. No había visto a MegaKabuterimon pasar para ayudar a sus fuerzas terrestres desde hacía tiempo y estaba empezando a preocuparse. Izzy todavía sentía el ligero drenaje que siempre estaba ahí cada vez que Tentomon alcanzaba su forma definitiva, por lo que definitivamente todavía estaba vivo.