Capitulo 8

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Namjoon deslizó su mano sobre la de Seokjin mientras caminaban hacia el árbol caído. Era agradable estar ahí afuera de la casa, incluso si solo estaban dando un paseo por el bosque.

—Es hermoso aquí afuera —Seokjin comentó cuando Namjoon le ayudó a subir al árbol caído. Él podía hacerlo solo, pero ¿dónde estaba la diversión en eso? Eso le dio a Namjoon una excusa para tocarlo. Su pareja soltó su cintura una vez que ellos pasaron.

—Esto es hermoso. —Namjoon se inclinó y besó su sien—. Pero tú eres aun más hermoso.

Seokjin se ruborizó. Jesús, el hombre sabía decir las cosas correctas. Con un brillo en sus ojos, soltó la mano y corrió entre los árboles. Su corazón se aceleró y se rió cuando vio sobre su hombro que Namjoon lo seguía. Seokjin sabía que Namjoon podría atraparlo sin problemas, pero la caza era la mitad del juego.

Él estaba casi en el borde cuando Namjoon tomó su cintura y lo levantó. Seokjin se reía cuando su pareja lo rodeó con sus brazos y lo besó profundamente en los labios.

—Namjoon —Seokjin gimió inclinando la cabeza de lado. Namjoon chupó un moretón en su cuello.

Namjoon jaló a Seokjin al suelo y rápidamente le quitó los pantalones a Seokjin y lo tragó hasta la raíz. El cerebro de Seokjin explotó. Nunca pensó que el que su feroz guerrero chupara su pene lo hiciera querer desfilar gritando a los cielos que Namjoon era un jodido dios.

Seokjin movía sus caderas mientras Namjoon movía su cabeza arriba y abajo de su pene y deslizaba un húmedo dedo entre sus bolas hacia su agujero. Seokjin tomó un puñado de hojas del suelo para aferrarse a algo.

—Sí. —Se empujó hacia el dedo de Namjoon, quería sentir su pene ahí. Namjoon insertó dos dedos más. Su pareja era impaciente, Seokjin pensó con delicia. Gruñó alto cuando Namjoon se salió y besó su corona.

—Sobre tus rodillas. —Namjoon se puso de pie y bajó sus jeans hasta sus rodillas, entonces se acomodó detrás de Seokjin y con un rápido empuje se enterró hasta las bolas.

—Namjoon —Seokjin gritó mientras su pareja lo tomaba de las caderas y se empujaba en su interior. La cabeza de Seokjin giraba con las sensaciones que recorrían su cuerpo. Namjoon golpeaba ese dulce punto cada vez que entraba. El pene de Seokjin dolía por liberarse. No le importaba que hubiera Centinelas patrullando, no le importaba si los atrapaban. Todo lo que le importaba era Namjoon.

Tomando el pene de Seokjin, Namjoon igualó el ritmo de sus empujes. Seokjin se aferraba a la tierra mientras su pareja lo llevaba hacia un gran orgasmo.

—Cerca...tan cerca. —Las piernas de Seokjin temblaban cuando Namjoon aumentó el ritmo, sus atenciones comenzaban a ser erráticas mientras Namjoon también llegaba ahí. Seokjin jadeó fuerte, sacudía su cabeza de un lado al otro. Perdía la cabeza con la lujuria.

Seokjin gritó el nombre de Namjoon mientras llenaba la mano de su pareja con su semen. Sus brazos temblaban y amenazaban con ceder, pero Namjoon soltó el pene de Seokjin y lo tomó del pecho sosteniéndolo. Su cuerpo temblaba. Namjoon hundió sus dientes en Seokjin, y un gutural sonido salía de sus labios cada vez que Seokjin sentía un chorro de semen ser disparado en su interior.

—Bueno, bueno, bueno. ¿Qué es lo que tenemos aquí?

Namjoon se salió de Seokjin y lo empujó al suelo. Su pareja gruñó mientras rápidamente se subía sus pantalones.

Seokjin vio sobre su hombro y se encontró con los tres hombres del restaurante. Oh, joder. ¿Cómo ellos lograron pasar a los Centinelas?

Namjoon cambió, colocándose frente a Seokjin y mostrando sus colmillos con un gruñido de advertencia.

Manada Park #6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora