Capítulo 3

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El olor era penetrante. El olor a cigarro inundaba la habitación. El día brillaba, hacía buen tiempo. El sol brillaba y estaba despejado, pero la habitación estaba a oscuras, con las cortinas cerradas pero las ventanas abiertas por lo que la poca briza que había les entraba a la habitación. Tomó su cigarro y le dio una calada, después de botar el humo dejó el cigarro prendido en el cenicero de la mesa de centro. Vio a su acompañante quien estaba en la mesa escribiendo algunas cosas. Se levantó para estirar las piernas y luego volvió a sentarse, volvió a tomar el cigarro para darle otra calada. Tomó su cigarro y lo golpeó levemente con el cenicero, devolvió el cigarrillo a su boca. Su acompañante se levantó, tomando su chaqueta de la silla continua y las llaves del mesón de la entrada. Se dio vuelta para dirigirle la mirada.

— ¿Está todo listo para hoy? —preguntó.

— ¿Anotaste todo? —rió con el cigarro en la boca.

— Si. —contestó levantando la ceja.

— Yo también.

Botó el humo con una sonrisa. Su acompañante se fue. Después de unos minutos, el cigarrillo apagado en el cenicero era lo único que quedaba en la habitación.

Código tres. Licorería.

— Repito, comisario. Está sola.

¿Cómo es que está sola y con cuatro rehenes?. No calzaba, una chica sola atracando una licorería ¿secuestró a cuatro personas como rehenes, sola? no lo creía ¿Los encontró ahí? es lo más probable. Volkov estaba de camino a la licorería, llevaba un patrulla. No sabía porque, pero estaba algo nervioso. Como nunca. A los pocos minutos llegó, habían más agentes, sólo él faltaba. Se bajó del patrulla y caminó hacia la entrada. Vio a la chica, estaba hablando con Gustabo. Ella traía la cara tapada por una camisa morada mal puesta donde solo se le podían ver los ojos y un traje completamente negro.

— Interrogo ¿quién está haciendo perímetro? —Preguntó Volkov.

— Yo comisario. —Intervino Moussa.

— Yo estoy rondando la parte del río. No parece que se fueran a escapar por allí. —comentó Leopoldo.

— Tampoco se ve tirador. —dijo con la voz entrecortada Horacio. Estaba corriendo.

— Voy a posicionarme junto con Gustabo. ¿Cómo va la negociación?. —esto último lo comentó cerca de Gustabo, por lo que no necesitó radio. Gustabo se giró a verlo para contestarle.

— Me tiene de los nervios. —dijo tomándose la cabeza.

— ¿Pero han llegado a un acuerdo? —Gustabo negó con la cabeza.

Volkov se posicionó en la parte derecha de la puerta. Así podía escuchar todo. Precisamente se escuchaban algunos susurros provenientes de los rehenes. Gustabo se volvió a colocar frente a la puerta para intentarlo de nuevo. Respiró profundamente.

— Empecemos otra vez ¿qué quiere por el primer rehén? —preguntó calmadamente.

— ¿Por el primer rehén? —la voz de la chica era de burla.— El mar de sus ojos oficial. —rió por lo bajo. Le estaba tomando el pelo.

— Este color de ojos solo lo puede tener gente como yo, gente exitosa. —continuó el juego.

— ¿Y su número? Me va a servir si un día lo quiero secuestrar. —seguía burlona. Gustabo se alejó, estaba nervioso.

— No puedo con esta chica. —dijo cansado.— ¿No quiere alguien venir a negociar con ella?

— 10-5 —rió Horacio.— Ese es tu problema. No nos eches el muerto a nosotros. —Todos los demás rieron.

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⏰ Última actualización: Mar 01 ⏰

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Volkov / Spain RpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora