CALLS || ˢᵒᵒᵍʸᵘ

llamada

Movimientos bruscos y acelerados había en esa habitación de la gran casa del pelinegro, junto con algunos jadeos bajos, suspiros y algun que otro gemido escapándose de la boca del contrario.

Hoy era el aniversario de la pareja protagonista de esta historia. Celebrando sus seis meses de novios, decidieron hacerlo con una cena y postre, obvio. Salieron a comer a un lugar bastante cerca de la casa del alto, disfrutando de la compañía del otro y así... Todo tranquilo, hasta que atravesaron esa puerta de mármol que había en la entrada de la casa de SooBin, se comenzaron a devorar como los dos chicos necesitados que eran.

-— So-SooBin... – jadeo bajo, moviendo bruscamente su cintura en la ya creciente erección de SooBin, atacando sus labios otra vez ni bien se separaban por la necesidad del aire.

— Espere tanto por esto, mierda...

Gruño en el oído del castaño cuando esté dejo sus labios un momento para poder recuperar el aire y moverse mejor en el regazo del contrario, siguió:

— Siento que puedo romperte la ropa ahora mismo.

El castaño rió ante el comentario necesitado por su novio, comenzando a mover su cadera en círculo por la erección del alto, sacándoles a ambos gemidos y jadeos.

— Creo que yo también estoy así, amor – dijo con la voz temblorosa, llevando sus manos a los costados de la camisa del pelinegro, adentrando estás y tocando el abdomen no tan marcado del alto. Saco su camisa en un abrir y cerrar los ojos.

SooBin tampoco se quedó atrás, agarro el cierre de los vaqueros del chico y lo abrió, tocando constantemente el también erecto miembro del menor, disfrutando los gemidos que salían de la boca roja del más bajo.

BeomGyu estaba mordisqueando el cuello de su novio, cuando sintió que lo dió vuelta, poniéndose el alto arriba de él, abriendo sus piernas y acomodándose entre ellas. Una vista preciosa diría él.

SooBin bajo los vaqueros de BeomGyu, aprovechando en tocar disimuladamente los muslos niveos del castaño, sacándolo por completo y tirandolo en alguna parte de la habitación. Agarró uno de los muslos del chico y lo apretó a su antojo, robándole un gemido ahogando; a BeomGyu le pareció algo realmente satisfactorio de sentir.

Jamás creyó que le iba a gustar tanto que le toquen los muslos como su amado novio se lo estaba haciendo en ese preciso momento, pero ahí estaba, disfrutando al máximo las no tan leves apretones del alto y, de vez en cuando, algun manotazo por ahí.

— Realmente no puedo esperar por romperte el culo, mi vida – pronuncio mientras llevaba su cara a los muslos del castaño, succionando esa área, haciendo que el menor se retorciera en la cama y arqueé la espalda ante tal estimulación.

— A-ah... Nadie t-te detiene, amor – llevo sus manos al cabello del alto, apretando cuando sentía que era mucho placer la lengua de SooBin entre su muslo, torturandolo cuendo pasaba su lengua inocentemente por la dura erección del castaño.