Acechador de mi corazón

°Capitulo 1°

— ○ Russ ○ —

Al notar como mi subcomandante estaba disociada y fuera de la reunión,  no tardé en colocar mi mano  sobre su hombro, de una manera un poco brusca, con la finalidad de que regresará a nuestra reunión, por su mirada era obvio que disfrutaba de aquella fragancia tan irritante para mí nariz, a lo que en un tono un tanto rudo y ronco le dije.

– Lou ¿Estas con nosotros? – pregunté mientras que con sus manos delgadas y suaves alejaba mi mano de su hombro, así que supé que era momento de iniciar la reunión.

– Bien, hermanos paganos,  sean bienvenidos a nuestra primera reunión de éste siglo XV, cómo sabrán,  nuestros hermanos están siendo cazados peor que animales de granja – dije mientras acomodaba mi túnica, aquella prenda larga y blanca, que llegaba a mis piernas gruesas y sus mangas cubrían mis músculos notorios sobre la tela.

– Sé que tienen miedo y preocupación en su ser.. Sé que se sienten solos y desesperados, deseando correr de nuevo por los paramos, recolectar plantas por los bosques y hacer fogatas con nuestros cánticos, sin embargo, les pido paciencia hermanos.. No es la primera vez que nos cazan y no será la última,  nuestro deber es esperar y que todo se calme – dije satisfecho por mi discurso, después de notar como aquellos rostros preocupados y nerviosos se relajaron y cambiaron por un rostro que mostraba esperanza, paciencia y comprensión.

— ● Lou ● —

Sin darme cuenta, la sesión terminó y me tocaba dar la despedida, así que simplemente me levanté y acomodé mi cabello ondulado color blanco, para que no me molestará.

– Qué él Dios astado los guíe a casa y los acompañé en el camino… – dije mientras cerraba los ojos y los demás miembros se estrechaban las manos, se daban un abrazo y se iban.

Yo decidí sentarme un rato más, mientras observaba como poco a poco la cabaña se vaciaba, el frío aumentaba y el olor a lavanda bañaba el lugar; espere pacientemente hasta que todos se fueran,  para levantarme y casí corriendo me abalance contra Russ.

– ¡ESTUPIDO!..¡¿Nos están cazando y les dices que guarden la calma?! – dije gritando, mientras sentía como sus manos trataban de alejarme de su cuerpo, mientras yo luchaba por mantenerme encima de él.

– ¡Están quemando casas y reptando a los hermanos!…¡Nos están matando y dices que no entremos en panico! – dije mientras mis ojos sacaban lágrimas llenas de confusión,  desesperanza y enojó.

— ○ Russ ○ —

I

ntentaba alejar aquel cuerpo de 1.60 de mi cuerpo, pero siempre que alcanzaba a detenerla, se safaba de mí agarre, sentía como enterraba sus dedos y sus piernas a mi cuerpo, hasta que ya un poco harto, logré tomar su cuerpo y de un empujón la lancé contra una pared de está cabaña.

– El odio y rencor solo empeora la guerra – dije mientras la miraba en el suelo, derramando esas lágrimas por sus mejillas enrojecidas por el esfuerzo.

– El entregar la libertad es también asesinarnos – dijo Lou mientras entre jadeos se levantaba, abrazando un poco su abdomen.

– ¿Y que pretendes?..¿Incitarlos a pelear contra sus espadas y armaduras?..No podemos hacer nada, más que resistir y ocultarnos– dije mientras le lancé una mirada intimidante,  ya que noté como su cuerpo se ponía de nuevo en posición de ataque.

– Si tanto quieres dirigir  un grupo, consiguete uno por tú cuenta y no dependas de mis siembras– dije mientras caminaba a la puerta y simplemente me alejé de esa cabaña y me dirigía a mi hogar.

— ● Lou ● —

Mi abdomen dolía, pero no tanto cómo saber como nos masacrarian cuál ladrón. Observaba cómo Russ se alejaba de la cabaña, una irá abrazaba mi cuerpo, y la frustración inundaba mis ojos, era consciente de que él tenía razón,  si quería salvar a mis hermanos, era mi deber dirigirlos.

– Te demostraré de que soy capaz – dije mientras mis ojos lilas observaban la figura de Russ alejarse de la cabaña y perderse por la neblina.

De un momento a otro unas pisadas pesadas comenzaron a escucharse al rededor de la cabaña, el aroma a lavanda se perdía y era remplazado por el olor a metal, hierro e incluso sangre.

“Mierda..Están aquí”

Pensé mientras observaba a mi alrededor algún escondite dónde me pudiera salvar, solo escuchaba aquellas voces gritar al rededor, pisando tierras que con trabajo pudimos sembrar.