El lugar era amplio, con una decoración varonil y sin mucho color. La mesa del comedor estaba repleta de latas de bebida y colillas de cigarrillos. Siguió mirando a su alrededor notando algunas fotografías colgadas de un perro y pinturas de paisajes.
Entendió rápido que vivía solo y al parecer, no había ninguna presencia femenina en su vida.
El ambiente se veía apagado, silencioso. A juzgar por aquella primera impresión, no sé quedaba mucho tiempo allí más que para dormir, pensó.—Perdón por el desorden, el otro día me junté con unos amigos a beber.
— Se nota— miró el lavabo de la cocina con varios vasos apilados— Así que eres soltero me imagino...El moreno abrió el refrigerador buscando y mirando si encontraba lo que buscaba.
—No estoy echo para las relaciones duraderas. Lo máximo que duré con alguien fue un mes— sostenía una jarra con agua y algunos limones— Tuve novias, pero no podían sostener una relación con alguien como yo... Te imaginarás el por qué. No las culpo, yo también hubiera salido corriendo sabiendo que era un ladrón, como sea, ¿Te gusta la limonada?
Daniel se cruzó de brazos mirando como el brasileño preguntaba por preguntar pues ya estaba exprimiendo los limones.
Su pasado amoroso era desastroso, tenía motivos para que lo fuese pues quién podía confiar en alguien que se dedicaba a robar.— Bueno, a mi tampoco me va bien en el amor— el castaño apoyó su cadera contra la mesada mientras observaba al otro preparar las bebidas— mi anterior pareja decía que era alguien frío y que no le prestaba atención, por eso mismo terminó conmigo.
El mayor se paró para mirarlo y sonreír.
— Eso es porque eres gay de armario Daniel.
— El muerto se ríe del degollado, vos también sos de armario.
La tensión se sentía en el aire, podrían golpearse por decirse homosexual tan libremente como insulto a su hombría.... O dejarse llevar porque ambos sabían que era verdad.
— No soy más gay que vos— aclaró mientras batía la jarra haciendo sonar la cuchara con los bordes del cristal.
El jóven sirvió dos vasos de limonada colocándolos en la mesada. "Gracias" fue lo que mencionó el castaño antes de tomar.
Era refrescante y dulce, el frío líquido que pasaba por su garganta aliviaba los nervios de hace un momento, que para su sorpresa, volvieron cuando notó como el moreno se quitaba el cinturón y lo aventaba hacia un lado de la sala.
Derramó por accidente un poco de limonada en su pecho, la vergüenza por lo que acababa de ver era enorme.
"Mierda... No puedo ser tan estúpido"
Estaba mojado y sonrojado al mismo tiempo. ¿¡Cómo se le ocurría hacer tal cosa mientras bebía el jugo de limón!?La comunicación entre miradas era obvia, por un lado él se encontraba sonrojado y Luciano estaba divertido de ver el enchastre del ojiverde.
No había necesidad de quitarse el cinturón de manera tan sensual frente a él, o tal vez sí. El motivo de su visita era para continuar lo que sucedió en los baños y esa escena despertó el juego que tenían pendiente.— Ah perdón! soy un estúpido, no debí-
— Tranquilo, voy a ponerla a lavar, además tengo otra camiseta para prestarte si lo deseas.
— Claro si... Me parece buena idea.El castaño se desvistió dejando la remera a un lado de la mesada para que Luciano se la llevara.
La mirada de Da Silva lo incomodaba, sentía como analizaba su torso de arriba abajo. Lo hacía. Daniel tenía una piel tostada con múltiples pecas, sin contar sus tetillas que eran pequeñas como si fuesen dos puntos de color que interrumpían sus suaves pectorales.No pudo evitar morderse los labios observando al joven, imaginando que en cualquier momento se abalanzaria para tocarlo y besar cada centímetro de piel.
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Robo Pasional
FanfictionLuciano, ladrón con experiencia, queda enlazado con el vendedor de turno quien queda en su memoria pues le ha robado el corazón. (Historia con violencia y contenido sexual)