Boys pussy

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Advertencia: No hay sexo en el primer capítulo.

[...]

Todo comenzó en un acalorado día de verano, justo en el momento en el cual Bakugou odiaba más que nunca al puto calentamiento global que lo hacía sudar, incitando a ejecutar su Quirks y convertirse en una bomba andante. Estaban en una cita y eso justificaba en por qué Bakugou todavía no había explotado, pues, cómodamente, caminaba con su agradable novio, un aire acondicionador andante.

A veces Katsuki encontraba maneras muy poco ortodoxas para encontrar algún beneficio adicional a su distraído novio, Shōto Todoroki. Pero lo amaba y a Shōto no se molestaba en ser usado, era demasiado complaciente para su bien o eso creía Katsuki cada vez que miraba esa cara angelical de niño bueno. Sin embargo, aunque se sentía un maldito de sólo ofrecer a Shōto una encuentro para calmar el jodido calor de su cuerpo, el aire acondicionado gratis era aire acondicionado gratis.

Además, ya se habían graduado de la UA, convirtiéndose en los crecientes héroes novatos y, con la fama obtenida por la batalla contra All For One y los nuevos deberes, ya no tenían tanta tiempo para verse. Sí, un jodido grano en el culo.

Pero, a pesar de todo, Bakugou todavía es un novio genial, tomando de la mano y mimando al chico de ojos dispares, cómo cualquier escoria decente.

—¿Quieres que te compré un maldito helado o…? —deja la pregunta abierta, para que Todoroki añada algo de su preferencia, a la par que su frente se pega y frota en el hombro derecho del mitad albino.

—Pensé que querías quedarte en la sombra —dice Shōto, sin incomodarse por la cercanía del rubio.

—Al diablo, sí. Pero parece que te abandonado, joder. ¿Sabes? Vamos por un helado y luego pensamos qué hacer —ordena, levantándose del banco y jalando a Todoroki, haciendo que lo siga.

Todoroki no se queja y, por su expresión, parece más contento que cuando estaba sentado. A Katsuki eso le pone discretamente feliz, complacer a Shōto se volvió un deleite, y, aunque sabe que lo está malcriado, no puede evitar pensar que es lo correcto.

En su trayecto, una mujer golpea accidentalmente el hombro de Todoroki, Bakugou gruñe, dispuesto a reclamar, pero Todoroki lo calma, dice algo cómo que realmente no le dolió y que lo dejarán pasar. A regañadientes Bakugou lo acepta, pensando que Todoroki sigue siendo tan denso como para no notar la malicia de algunas personas que no aprobaban relaciones homosexuales como la de ellos. Sin embargo, ya que Todoroki lo dejó pasar, no importa.

De cualquier manera, cualquier forma de intimidación no servirá.

Compraron un helado, caminaron unos minutos hasta llegar un cine, pagaron por la película de acción más prometedora e infantil que le gustará a Todoroki y entraron tranquilamente. Bakugou suspiró al sentir el aire acondicionado regulado a su lado izquierdo. Fueron exactamente cuarenta minutos en el cual la pantalla gigante reproducía alegremente una batalla de héroes animados, Todoroki cruzó las piernas y, finalmente, se dió cuenta que faltaba algo.

Bakugou vió como las cejas de diferente color se fruncía un poco, juntándose entre ellas, desconcertados y con confusión latente. Todoroki mueve las piernas y luego se tensa, Bakugou se preocupa. Tímido y cauteloso, la delgada y masculina mano de Todoroki recorre desde su muslo hasta su entrepierna, palmeando la zona y sintiendo su vacío aterrador.

—No está.

Bakugou deja las palomitas y lo mira.

—Katsuki, no está —susurra débilmente, con horror en sus bonitos ojos.

—¿Qué cosa?

—Mi pene.

La cara de Katsuki es un largo poema, mirando incrédulo, preocupado, molesto y divertido a Shōto, quien está a punto de caer en la desesperación contenida, ingenuamente, mirando a ambos lados, pensando que se le había caído o se había escondido en algún lugar.

Incitación |BKTD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora