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Alguna vez, el padre de Chanyeol le dijo “Si tienes una pareja durante seis o siete años, y luego termina la relación, nunca tengas otra pareja, dejar las cenas con los suegros para volver a “¿cuál es tu color favorito?” Demonios, no”. Esa parecía una idea de vida bastante razonable, teniendo en cuenta todo su historial, porque para empezar, Chanyeol no había tenido mucha suerte en la vida en general, porque de haberlo tenido, seguramente nunca hubiera terminado con KyungSoo en tan malos términos.

Según sus padres, Chanyeol no era precisamente la persona más cuerda del mundo, era impulsivo y por más desatado, quizás ese era el problema, en especial cuando se la pasaba cuidando la linda pastelería de su madre, masticando su goma de mascar con la boca algo abierta, así había sido desde que estaba en el quinto año más o menos, excepto ese año que uso ortodoncia, Chanyeol hacía grandes bombas de chicle cuando tomaba la orden de las mesas de las chicas que le pedían café, galletas o rebanadas de pastel.

Chanyeol era una persona que trataba de no meterse en problemas, pero los problemas lo buscaban a él o algo como eso, eso siempre le decía a su mamá, y podría empezar con los primeros días de su vida pero en realidad podría decirse que era más fácil empezar por los acontecimientos de hacía dos años o algo como eso, pero no se tocaba el tema por la salud mental de Chanyeol. Había tratado de tener una vida normal, pero parecía que los errores lo acechaban como si fueran su única víctima, era como esa vez que SeHun se había enterado de todo lo que había pasado, entonces cuando Chanyeol se puso a llorar, lo llamó “Perra chillona” supuso que se lo merecía, aunque no entendió qué quería decir con eso, supuso que el mensaje estaba ahí, entre líneas, SeHun nunca decía nada, pero no era precisamente la persona más simpática del mundo cuando se estresaba por alguna situación, aunque no tuviera nada que ver con él.

Aunque técnicamente, había sido culpa de Chanyeol todo ese asunto con Do, parecía que a todos los demás les afectaba, porque estaban alrededor de ellos cuando pasó y eso ya era algo, y ahora que todo había terminado, todos parecían estresados por ese algo, aunque no tuviera nada que ver con ellos, Chanyeol creía que estaban locos, era su problema y ni siquiera a él le afectaba tanto (no mientras no hablarán del tema frente a él).

Y a pesar de que ya había pasado un tiempo y habían regresado de las vacaciones de verano, estaba sentado en su asiento al lado de SeHun como todos los semestres, viéndolo jugar con su bolígrafo, estirando sus labios como una boca de pato, poniendo el bolígrafo ahí y vistiendo esa horrible camiseta hawaiiana fajada en los pantalones de mezclilla que llevaba ese día, aunque el verano había terminado ya hacía un rato. SeHun siempre se sentaba a su lado, aunque decía que estaba enojado con él, no parecía querer hacer otros amigos, solo quería quedarse a su lado y Chanyeol silenciosamente estaba feliz por eso, pero ese año se sentía diferente, en especial porque SeHun jaló su silla hasta a su lado, sin dejarle escapatoria si era que tenía que hacerlo, susurrando lo siguiente, aunque no siendo muy discreto en realidad.

-KyungSoo metió las mismas clases que nosotros, no se porque no está acá.- Chanyeol rodó sus ojos porque en realidad ya estaba cansado de esa maldita broma, era divertida las primeras veces, pero ya después no lo fue, porque SeHun la hacía a cada rato, no le importaba si se había reído la primera vez, eso ya era ridículo.

-Eres una mierda, ¿puedes dejarme en paz? creo que ya pase por mucha mierda, deja de hacer bromas como esas.- dijo Chanyeol, agitando sus manos hacía SeHun, tratando de empujarlo.

-No, no, de verdad, esto es enserio ahora, lo ví, lo ví, lo ví con estos dos ojos en perfecto estado que tengo, de verdad, porque estaba sacando su nueva tira de materias con su novio ese, JongIn, por quién te cambió, ¿recuerdas? Era “nada que ver”.-

-Eres un tarado.- le dijo. SeHun pensaba que era incapaz de sentir después de todo eso que había pasado con KyungSoo, pero Chanyeol solo fingía que en realidad no le importaba, pero siempre hacía desde, desde que tenía siete años y vio como su papá enterraba su pez dorado muerto en una maceta después de que le dijera que en realidad el pez había ido al cielo de los peces, pensó que era un tremendo mentiroso y dejó de confiar en la gente.

Park Chanyeol está perfectamente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora