It wasn't me

Único capitulo

Empezó en Posada, lo cual era algo poético cuando Jaskier lo pensaba realmente. Y él debería saberlo, porque era un bardo. La poesía era su especialidad, su pan de cada día, por así decirlo, en las raras ocasiones en que ganaba lo suficiente como para permitirse esto último.

Posada fue el lugar donde conoció al infame Geralt de Rivia, así que tenía sentido que Posada fuera el lugar donde Jaskier -accidentalmente a propósito- había iniciado el rumor de que estaban casados. Aunque, en defensa de Jaskier, nunca pensó que su pequeña mentira blanca llegaría tan lejos.

Todo empezó un día completamente normal, Jaskier cantando en la taberna local mientras Geralt se marchaba a matar monstruos solo, a pesar de las súplicas de Jaskier para que le permitieran acompañarle. Nunca le permitieron ir a ninguna de las divertidas cacerías, para su disgusto. Ni espectros, ni grifos, ni strigas. Sólo ghouls y ahogadores aburridos y muy malolientes de los que intentaba mantenerse alejado, aunque sólo fuera para proteger su preciosa ropa. Ninguno de ellos era precisamente digno de una canción.

Pero sabiendo que discutir con Geralt sobre esto era una batalla que probablemente no ganaría a pesar de sus mejores esfuerzos, Jaskier estaba decidido a encontrar otra fuente de entretenimiento para la noche él solo. Cantó, bebió y cantó un poco más. Y entonces llamó la atención de una encantadora joven al otro lado de la abarrotada sala y, de repente, no le importó en absoluto quedarse atrás.

En retrospectiva, cuando Geralt le dijo que se mantuviera alejado de los problemas hasta que regresara, probablemente se refería a que Jaskier pasara desapercibido y se retirara pronto a su habitación. No que se follara a la única hija del concejal bajo su mismo techo. Probablemente. Pero Geralt nunca le dijo específicamente que no lo hiciera, así que... Esa fue la débil defensa de Jaskier.

Esa defensa no le ayudó mucho cuando se encontró saltando por la ventana con la polla aún fuera, intentando escapar de un padre muy enfadado. Uno que trataba a su hija más como una propiedad que como un ser humano y al que no le importaba que sus relaciones fueran igualmente entusiastas y consentidas. Todo lo cual Jaskier sabía antes de seguir a la joven a casa, y pensando con la polla, se había adelantado y lo había hecho de todos modos.

Jaskier estaba seguro de que había una lección que aprender, pero siempre le había gustado vivir al límite. La emoción del peligro hacía que el encuentro fuera mucho más excitante.

Lo que no fue tan emocionante fue el altercado que se produjo cuando el furioso padre consiguió seguirle la pista y, esta vez, Geralt seguía sin aparecer por ninguna parte para acudir en su rescate. Las únicas opciones de Jaskier eran admitir, que había mancillado a la hija del hombren que ya había sido mancillada a conciencia mucho antes de que Jaskier llegara a la ciudad, y recibir una paliza o intentar salirse con la suya como había hecho -y fracasado estrepitosamente- muchas veces antes.

Viajar con Geralt, que siempre intervenía para salvarle de los familiares enfadados de la gente con la que se enredaba, le había ablandado, y haría casi cualquier cosa para evitar una paliza que algunos dirían que se merecía. Pero Jaskier no, y como nunca era de los que se rendían ante nada ni nadie sin luchar, optó por la segunda opción.

-No sé de qué me está hablando, amable señor -dijo, haciendo todo lo posible por parecer lo más inocente posible mientras el concejal, que fácilmente le doblaba en tamaño y cuyos bíceps podían rivalizar con los del propio Geralt, se cernía sobre él como si ya estuviera imaginando en su cabeza todas las formas en que podría destrozar el frágil cuerpo de Jaskier-. ¡No he visto a tu hija en mi vida!

-Yo mismo te vi saltar por la ventana de su habitación y te seguí hasta aquí -señaló, lo que no auguraba nada bueno para Jaskier, que no podía luchar precisamente contra la imagen que el hombre veía con sus propios ojos.