Los Diamantes del Caos

Prólogo

Hace tiempo cuando la civilización se estaba formando, los dioses habían ganado la guerra y todo empezaba a crecer otra vez.
Pero en el inframundo, los caídos estaban pagando por sus crímenes, cada vez había más gente para hacer sufrir mayormente psicopatas, asesinos, gente pecadora sin resentimiento.

El líder de la orden infernal, Lucifer, empezaba a planear otro plan para ir a la superficie para obtener su venganza pero por sus heridas tenía que esperar a que se recupere, pero se ocurrió una idea para causar más problemas y sufrimiento, con su conocimiento de la superficie, formó un grupo de las personas que en vida hicieron los peores pecados de la historia, sin importar que fuera varón o mujer, anciano o joven, todos serían reclutados para salir con la condición de que no serían revividos; sino que ahora serían ellos mismos los mounstros que fueron, tanto dentro como fuera del inframundo.

En la tierra ya estaba en funcionamiento para ser poblada, aunque ya estaba poblada, seguía siendo hermosa. En uno de los pueblos, había una joven que no pasaba de 18 años, su cabello era negro como el carbón y su piel de un tono bronceado como canela, ojos que parecían al cielo amanecedor y siempre parecía estar feliz; casi nadie sabía con exactitud su nombre, pero la llamaban Elisse.
Le gustaba andar de ciudad en ciudad, y siempre ayudaba en los templos y santuarios de cada una de ellas; sus padres fallecieron hace tiempo pero su deseo antes de morir, fue el que su hija recorriera la tierra en busca de emoción y eso es lo que hizo.

Cada lugar que visitaba siempre le daba el respeto a los dioses tanto las religiones y costumbres, siempre los respetaba por igual como si estuvieran en vida.

Un día en la ciudad de Elexia, en un pequeño restaurante, un anciano se le acercó y le cayo tan bien que pasaron  más de 4 horas hablando, antes de terminar el anciano le dijo que había un santuario escondido en las cuevas en el oeste de la ciudad, a lo cual Elisse no sabía de su existencia y después de pagar fue directo conocerla, no si antes agradecerle al anciano, quien era en realidad un ángel al servicio de Dios.

Después de horas de caminata, encontró la cueva y se adentró tanto que no podía ver la salida, hasta que vio una gran luz que aclaraba la opaca cueva y ahí encontró un orbe tamaño media como sus manos, Elisse se sentía atraída por la luz y su forma, sin embargo todo estaba vacío, no había ni una persona aparte de ella y para dar un vistazo se acerco al orbe. Al tocarla sintio un pequeño escalofrío y su cuerpo se sentía más pesado de lo normal casi al caerse sus ojos brillaban como si no hubiera mañana y sentía que un hombre le hablaba sin estar ahí. Elisse se sentía asustada y asombrada a la vez, ya que un rato después, el hombre que le hablaba era la voz del mismo orbe, que tenía un mensaje grabado del líder de los dioses en la guerra divina, para la persona que encontrará digna de ser el guardián del universo y darle paz .

-Joven aventurero, de gran corazón y humildad. Te has cruzado con la voz de la verdad, tus hazañas se han ganado el respeto de los dioses, con esta herramienta serás capaz de protegerte y los que te importan; fuiste elegido o elegida para proteger este universo y ser el guardian. Te daré el poder de hacer cualquier cosa con moderación.

CONFIAMOS EN TI, Y PROTEGERÁs CON TU VIDA A TODOS LOS QUE AMAS, sé que lo harás-.
Decia mientras se desvanecia convirtiéndose en parte de su ser.

Cuando Elisse despertó, notó qué algo cambió en ella, no solo dentro, también su apariencia, su cabello se hizo un poco más largo hasta su cadera y en ves de negro se veía como una galaxia con miles de estrellas y se sentía más fuerte y poderosa pero sabia que aun tenía mucho que recorrer. Ahora era alguien nuevo pero aun se reconocía a si misma y la voz del orbe aun seguía en su cabeza para darle consejos, era como un maestro para ella, a veces lo oía y aveces no. Debido a eso y con una nueva apariencia decidió cambiar su nombre...