Capítulo 23: El castigo de mamá

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Nota del autor: Este es el ultimo capitulo del mes y a partir de ahora habrán menos actualizaciones ya que empezaré a estudiar, pero prometo tener como mínimo una actualización por mes.

Sentí que algunos temas del ultimo capitulo estuvieron algo apresurados ademas de que algunas partes del borrador no me convencían, por lo que decidí reescribir los capítulos que le seguían e incluso agregar uno en medio para intentar mejorarlo.

Espero que sea de su agrado

(Al final del capítulo mostraré 2 personajes)

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Luego de que Izuku cerrará la puerta de su casa después de salir de la limusina de Momo, el chico se llevó una mano hacia su abdomen encorvando su espalda en un intento de aplacar el inmenso dolor que sentía.

Caminó hacia el baño apoyándose en la pared mientras el mundo se volvía borroso.

Izuku tosió con fuerza sobre su mano, su visión se aclaró un poco y pudo ver una gran mancha de sangre en su mano y el espejo. "Mierda...", murmuró.

"Izuku, ¿estas bien?", la voz de Lena hizo que el chico girará hacia ella rápidamente, olvidando su lesión.

La peliazul se cubrió la boca con su mano, horrorizada cuando vio toda la sangre sobre el espejo y la boca del chico.

"N-No es lo que parece", dijo el chico limpiándose la sangre antes de hablar.

"¿A-Alguien te golpeo?", le pregunto la chica. El peliverde negó con la cabeza y de inmediato le dio la espalda.

"Solo me caí practicando parkour". Izuku maldijo su voz temblorosa y rápidamente salpicó agua en su rostro.

Lena chasqueó la lengua al escucharlo, sabia que estaba mintiendo, Izuku era un libro abierto para ella que lo conocía tan bien. Cada tic y gesto que estaba haciendo ese idiota decía lo obvio, lo que dijo era una mentira.

"¿UA es como tu antigua escuela? Si es así estoy segura que..."

"¡No es así!", exclamó Izuku asustando un poco a la peliazul. "...Ellos son geniales, Lena", respondió el chico con un tono suave, volteándola a ver con una sonrisa como si nada hubiera pasado, "Solo olvidate de lo que viste y ve a tu habitación, Yo tengo algo que hacer".

Ella intentó tomar su mano, detenerlo para evitar que siga lastimándose, pero el miedo la detuvo cuando sus dedos rozaron la piel del chico.

Izuku simplemente volvió a salir por la puerta yendo a la playa para entrenar otra vez. Aun no era suficiente, tenia que aumentar el nivel y volverse mas fuerte si quería estar a la par de sus amigos.

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Las olas golpeaban con fuerza la orilla de la playa a esas horas de la noche. Hacia frío por culpa de la brisa marina, pero a Izuku parecía no importarle.

El chico había estado corriendo desde que salió de casa y no parecía tener la intención de detenerse hasta que su pierna le falló y terminó con la cabeza enterrada en la arena.

En ese momento, Midoriya golpeó con fuerza el suelo y se llevó una mano al estomago para intentar aplacar el dolor que sentía por culpa de la caída. Sus ojos se llenaron de lagrimas por culpa del dolor y el enredo de sentimientos que tenia.

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