En el tejido mismo de Runaterra, más allá de los confines del mundo físico, se encuentra la Ciudad de Bandle. Este reino espiritual, hogar de los misteriosos yordles, rebosa con magia y encanto incomprensibles para la mente humana. La ubicación exac...
Si existía algo que quisiera proteger tanto como para sacrificarme
El abismo que habita en mi corazón
Te acecha con resentimiento
¿Será posible ocultar esos ojos
con un velo invisible?
Que tu voz triunfe por sobre la tormenta
Expresa todo tu ser
Al concluir la guerra, envolvamos nuestras heridas
Recúbrelas y ríamos
Al menos mil veces más...
Capítulo 31: La Emboscada
Teemo se vistió con una camiseta blanca que tenía la palabra "Bandlewoods" escrita en el centro con letras verdes, unos pantalones cargo con diseño de camuflaje, y unas botas marrones.
Tristana lo esperaba, sentada en el sofá. –¿Quieres tardarte un poco más? –
–Lo siento –Teemo fue con ella, mostrándole su aspecto. –Aquí estoy –
–Por fin –Ella se levantó y le tomó un brazo. –¿Vamos?~ –
–Si, ¿Qué tal si vamos a por una pizza?~ –sugirió el explorador, sonrojándose un poco por el gesto de ella.
–Si~ –La artillera estuvo de acuerdo. –Oye, ¿te molesta si dejo a Boomer aquí y luego volvemos? No puedo ir con mi cañón a comer... –
–Claro, no te preocupes –Teemo le sonrió. –Yo invito la pizza –
–¿Seguro? –Tristana levantó una ceja, recordándole que su situación económica no era la mejor después de todo lo ocurrido estas semanas.
–M-mejor tú... –Él desvió la mirada un poco avergonzado, no le gustaba estar en esta situación, ya que sentía que se aprovechaba de la generosidad de su amiga.
El restaurante Pizzaland se encontraba ubicado en una esquina del centro de la Ciudad de Bandle. Tenía una fachada pintoresca, con una puerta de madera tallada a mano y una ventana adornada con cortinas rojas y blancas. Cuando Teemo y Tristana ingresaron, fueron recibidos por el delicioso aroma de la pizza recién horneada. El lugar estaba decorado con mesas y sillas de madera, y las paredes estaban adornadas con fotos de paisajes de Bandle. La atmósfera era cálida y acogedora, y el sonido de las risas y las conversaciones llenaba el aire.
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