ESTRECHEZ; Rodrivan. CANCELADA

( dos )

Para el miércoles de esa semana, es decir, tres días después, Iván se dio cuenta de qué tal vez tener citas-no-cogidas era incluso divertido.

Eva era una gran chica. Era graciosa, linda y extrovertida. Puede que no fuera fan de los videojuegos como lo era Rodrigo, y que aveces tardara uno o dos segundos en entender sus bromas, pero aún así Iván casi, casi podía decir que ella le gustaba. Claro, la falta de sexo seguía haciéndole dudar de vez en cuando, su pene era el único descontento en todo el asunto. Y el que Eva se le insinuara (lo cual ocurría todos los días en algún momento inespecífico) no ayudaba mucho. Pero Iván se obligaba a cambiar de tema recordándose que él no era un adolescente que se deiaría llevar por sus hormonas. Él estaba atraído por fin hacia una chica fuera de la cama, no lo echaría a perder con su tonta lujuria.

Volviendo al presente, ellos se encontraban viendo una película. Iván sabía que era una de Star Wars, pero no podía decir con exactitud cuál. Era entretenido pero él no era un aficionado de la franquicia.

—Iván... —Ella dijo con la cabeza apoyada en su pecho.

—Dime.

—Um, ese amigo tuyo, Rodrigo, ¿es gay? (eh??)

Iván no pareció entender la pregunta, cómo si la respuesta fuera algo ya obvio, pero tuvo que plantearse que Rodrigo no era una persona que alardeara de sus preferencias y que ella no era la primera curiosa. A diferencia de muchos homosexuales, Iván era discreto cuando miraba a alguien, como vestía, incluso en la forma en la que se refería a sus gustos. Él no actuaba ni lucía como un gay. Si Iván no llevara años conociéndolo, y estuviera en posición de Eva, quizás él también estaría confundido.

—¿Por qué la pregunta? —Terminó respondiendo.

Ella dudó. —¿No lo es? Digo, lo he visto un par de veces cuando me voy de tu casa y él me saluda, pero se ve casi como reservado.— Ivan asintió con la cabeza —Pero... cuando viene a tu casa y está contigo lo noto, como distinto ¿sabes? Más suelto, hasta alegre diría yo.

Rodrigo no pudo evitar reír levemente. Es que se le era chistoso como ella parecía tan nerviosa de preguntarle algo así. Eva no le estaba diciendo nada nuevo y él no tenía filtros a la hora de hablar de su amigo.

—Ah. Ya veo.—dijo con diversión. —Pues sí, él es gay. Sólo que uno más aburrido.

—¿Tú y él fueron algo? —Soltó sin pensarlo dos veces.

Nuevamente, Iván se mostró poco sorprendido, a pesar de que estaba seguro de haberle dicho a ella en el boliche que no era gay, el ser cuestionado sobre su relación con Rodrigo no era extraño.

—Oh, sí. Una vez nos estábamos bañando juntos y ese lunático me metió un dedo enjabonado en el culo, ¿puedes creerlo? Después de eso salimos por dos años hasta que me fue infiel con el cartero. Desde entonces tengo miedo a las pijas.

Eva correspondió su broma con una carcajada pegadiza y le golpeó el pecho, justo al lado de donde reposaba su cabeza.

—Tonto, estoy hablando enserio. —Le reprochó subiendo la mirada hasta encontrar los ojos de Iván. El de cabello negro sonrió de lado.

—No, nunca fuimos ni seremos nada. No le gusto a Rodrigo y soy heterosexual. Solo somos mejores amigos.

—Ah. —Si la convenció o no, Ivan no hizo constancia por haberse distraído de nuevo con la película.

Al menos duró cinco segundos con la mirada en la pantalla antes de que ella lo atrajera hacia un beso. Iván suspiró mientras movía sus labios suavemente, todavía si ella parecía insistir en aumentar el ritmo, no quería excitarse en vano.