ESTRECHEZ; Rodrivan. CANCELADA

( cuatro )

Era tan raro. El estar besando a Rodrigo era raro.

Pero Iván no podía detenerse. No después de que, cuando lamió el labio inferior del menor, éste soltara un sonido sorprendido, casi un gemidito. Eso pareció tener todo el efecto contrario al que debería (enfriarlo, incomodarlo). Terminó chupando el labio de Rodrigo para que abriera la boca y así darle un beso de verdad.

Rodrigo tardó un poco en entender lo que Iván quería, probablemente se sentía abrumado por la forma en que los labios de Iván se movían sobre los suyos. Demandantes, ansiosos y resbaladizos. Para cuando por fin abrió la boca, Ivan no dudó en introducir su lengua lo más que la posición en la que estaban le permitía. Se sintió realizado cuando Rodrigo gimió y se aferró a sus brazos, intentando por todos los medios corresponder.

Iván se sentía tan poderoso con su amigo así; todo confundido y besado, tratando de mover su lengua de la misma forma en que él lo hacía. De algún modo la inexperiencia de Rodrigo en esta clase de besos hizo que la polla de Iván se crispará.

Uhm, interesante...

Cuando se separó, deslizando su lengua afuera, sonrió complacido al ver el rubor en las mejillas de Rodrigo y sus ojos húmedos. Sin mencionar qué apretaba sus piernas con fuerza para que su miembro permaneciera dormido.

A ninguno de los dos parecía importarle que acababan de besar a su mejor amigo de toda la vida.

—¿Te gustó? —preguntó Ivan con el ego ansioso. La respuesta era tan obvia que no se sorprendió cuando Rodrigo lo mató con la mirada, justo antes de asentir con la cabeza.— ¿Quieres otro?

Rodrigo  volvió a asentir, y de inmediato Iván juntó sus labios de nuevo.

Y de nuevo, y de nuevo, y de nuevo.

Lo sabía.

Cuando se separaron al escuchar aquella voz, se encontraron a Goncho

(el hermano gemelo de Iván) en la puerta con Ale, su pareja. Ninguno de los dos lucía impresionado por el hecho de que ellos estaban comiéndose la boca. Es más, casi se veían como si les contentara aquello.

—Pensé que ibas a quedarte en la casa de Ale.—Dijo Iván, consciente de que Rodrigo estaba ocultando el rostro en su cuello.

Goncho alzó una ceja.— No me cambies el tema. ¿Desde cuándo vos y Rodrigo son novios?

—No lo somos. —Contestó sin pensarlo.

Ale le murmuró algo a Goncho al oído que hizo al de cabello marrón reír levemente.

—Vale, vale. Esto tiene más sentido. —Miró a su hermano de nuevo.— Sólo vine a buscar unas cosas, pero te recomiendo que suban a tu habitación por si mamá llega. Vamos, Alesito. —le dijo a su novio y empezó a caminar hacia las escaleras.

El chico castaño le hizo una reverencia corta a Iván y Rodrigo, antes de seguir a Goncho. Cuando escucharon la puerta cerrarse, Rodrigo soltó una risita nerviosa.

—Ese bastardo... ni siquiera pudo fingir estar asombrado. —Ivan río y le acarició la espalda.

—Nadie lo estaría. Te lo dije, lo único que nos faltaba era esto. Soy prácticamente tu esposo.

Rodrigo se salió de su cuello y se acomodó el cabello con una mano, sonriéndole dulcemente a Iván.

—¿Y estas bien con eso? Eres heterosexual.— Iván le miró sin ningún rastro de inquietud.

—Uhm, pues admito que es bastante extraño, ser cuestionado por mi forma de tratarte, y ahora besarte... pero como, como no fue realmente malo. —Frunció los labios un poco. Me gustó besarte. Pensé que si lo hacía cambiaría de opinión, pero no fue así. Ahora lo quiero, lo quiero tan mal. ¿Eso me hace gay?