Veinticinco

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Luke finalmente llegó no le tomo demasiado tiempo, tocó el timbre de la casa de Rosaline y ella abrió de inmediato.
Sin decir palabra alguna él colocó las tres bolsas del supermercado que traía en sus manos sobre el desayunador.
Luego, se giró hacia ella con la sonrisa destrozada. Él no soportaba ver a Rosaline de esa forma, lo destruía.
Sentía que cada célula de su cuerpo estaba siendo torturada. Para él estaba llorando un ángel.
Y los ángeles no lloran.

Popular Ross (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora