No Estoy Entendiendo Na'

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Subtítulo: Sobreviviendo a la primera semana.

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Me desperté más cansada que la cresta, con un llanto que parecía el eco de un partido de fútbol en mi oído. ¿Quién dijo que tener una bebé era fácil? Me levanté de la cama tratando de no pisar la ropa, los pañales y cuánta webada más que dejé tiradas desde que llegamos de la clínica.

Al alzar a mi peque en brazos, su llanto se puso más brígido, como si estuviera reclamando volver a su nido calientito. Me senté en la silla mecedora, tratando de acordarme de las técnicas pa' calmar que me había chupado de los videos de YouTube. Mecí a la Trini con la esperanza de que se calmara, pero parecía que habíamos nacido con el mismo genio y ninguna de las dos quería dormir.

Los minutos pasaban lentos, como  trámite en la municipalidad, mientras me hacía la idea de que el sueño ya no era un lujo que me podía dar. Cuando por fin  se quedó dormida, me tiré en la cama con una mezcla de cansancio y alivio.

Los días siguientes fueron un desorden total, con pañales volando y mamaderas calientes por doquier. La casa estaba más desordenada que un taco en hora punta, pero al menos estaba llena de amor y cariño.

Las visitas de parientes y amigos venían con sus consejos, como si fueran todos expertos en guaguas. A veces me sentía como una sardina en lata, apretada entre opiniones y expectativas que ni yo misma entendía.

Pero entre todo el desorden y la locura, también había momentos de puro amor y conexión con mi guagua. En esos instantes, me daba cuenta de que aunque la maternidad fuera ultra agotadora, también era una aventura que estaba dispuesta a vivir, con todos sus desafíos y sinsabores. Porque al final del día, aunque estuviera más cansada que la cresta, el amor por mi guagua era más grande que cualquier desorden en el mundo.

Wna! La maternidad me tiene cansa' (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora